Llegamos a este restaurant cuando con unos amigos salimos huyendo de un local chino que nos estaba asaltando a mano armada. No soy muy amiga de las parrilladas, pero el hambre tiene cara de hereje y nos adentramos en este lugar. Para ser fin de semana y no estar lleno, la atención dejó mucho que desear. Nos tocó un mesero bastante plomo, pero la comida compensó todo. Pedimos el menú y era bien nutrido: consomé, plato de fondo y postre. Debo decir que la reineta frita les queda bastante rica y no pasada de aceite. La sopa también es sabrosa, especial para el almuerzo de un frío de invierno y el precio es de $ 6000 promedio por persona, al menos en el menú. De lunes a viernes, entre las 12:00 a las 16:30, corre el menú ejecutivo. Aceptan pago con tarjetas de crédito y débito, lo malo es que no te dicen que debes ir a la caja a cancelar y te quedas como loco esperando que te vayan a cobrar, cosa que, claramente no sucede.