Veritipical Kitsch

Este lugar me fascinó!!! Con la falta de lugares temáticos en nuestra capital, acá hay una estupenda excepción a la regla.
Una casona antigua reacondicionada para hacernos volver a la infancia y revivir los juegos, la música, la decoración, las revistas… Todo, todo entre las décadas de los 60’s y 90’s.
Dos grandes estatuas de canes vigilan la entrada con una cortina de rojo terciopelo.
La comida es una reinterpretación de la cocina chilena, pero gourmet. Fui para un 18, así que el menú estaba inspirado en las Fiestas Patrias, por lo que pude degustar un tremendo choripán y un Terremoto muy rico. Además, me agencié unas empanaditas de humitas (pensé que eran saladas, pero eran dulces… Mal por mí, aunque igual las encontré ricas) y de prietas. Igual la carta queda al debe, falta más variedad y el prometedor «Helado de Súper8» no pasaba de ser un simple helado de chocolate.
De todas formas, quedé alucinada con la deco y más encima se puede jugar con juguetes que todos exclamaremos: «Yo lo tuve cuando chic@». Además, tiene un pequeño, pero encantador patio para sentarse en el verano.
Punto a parte el show. Una mesera en patines, vestida como pin-​up, nos deleitó con algunos clásicos y luego la vocalista de «La Guacha» (creo que es la dueña) se prendió y nos entregó algunos temas (incluido el de la teleserie «La Chúcara»). Como era 18, las cuecas las puso una banda de rastas… Tal cual.
Definitivamente, nada en este local es «veritipical» y por eso me encanta.

The worst service I have ever experienced.
We waited 2 hours for a table… They kept telling us that we were going to be seated in the dining area soon. The waiter took another 20 minutes to take our order. We waited another 20 minutes for the food to arrive. AND THEN… My food wasn’t there.
The waiter informed me that they had run out of my order. He then ran off and did not ask if I wanted to order anything else.
The bill took 30 minutes to arrive.
The waiter disputed our tab with another member of our party, having added an extra drink to our tab. She (new waiter) argued that our friend had ordered more drinks than she did…
Apparently the owner hadn’t paid his staff for weeks, a lot of waiters had left and they were very short handed.

Este lugar tiene una ambientación increíble, se nota el esfuerzo puesto en hacer cada detalle especial, desde las sillas a la antigua, hasta las lámparas de lágrimas con luces de colores y los abanicos de Locomía colgados en la pared. Sin duda, es toda una experiencia estética pop ir a este restaurant.
Por lo mismo, mis expectativas eran altas. Sin embargo, me quedé con la sensación que a la comida aún le falta para estar a la altura de una decoración así de potente.
Pedimos la chorrillana de entraña con huevos de codorniz, yo me tomé un «La Vicky» y de postre helado de Super 8.
Para mi, todo se leía bien, pero cuando llegó estuvo «ahí» nada más. La entraña nos tocó salada y con papas que daban la sensación de pre-​hechas (los huevitos estaban perfectos eso si) y el helado de Super8 era un helado de chocolate al que le habían molido y mezclado algo de Super8 entremedio, pero no se sentía que fuese un sabor en si mismo, predominaba mucho el chocolate.
Me encantaría ir de nuevo con una mejor experiencia gastronómica, porque claramente el lugar lo vale.

Pero que buen lugar!!! Está recién inaugurado, después de casi dos años de planificación y de montaje de la decoración y llegaron a un resultado esplendido!!!
El lugar es maravilloso, muy Kitch, el cual te lleva a recordar esos domingos familiares, la música que escuchaban tus padres o tu mismo, un lugar con muchos recovecos y muchísimos detalles, que lo hacen único.
La carta es bien especial y veri tipical chilena, una apuesta novedosa y arriesgada, que al día 1 estaba bastante buena y cumpliendo todas las espectativas, dentro de lo que pude probar está; magré de pato, lentejas con congrio, merluza austral y ensalada con huevo pochado; todo muy bien preparado, muy sabroso y muy entretenido. Los postres también son una apuesta, destaca el helado de Piscola! Si!!! Piscola.
Hay intervenciones, música en vivo y siempre hay sorpresas, la música es buenísima, también de la época.
No dejen de ir, ir en grupos a festejar.
Como dice su eslogan, este lugar es «pichicaluga» Imperdible!