Chiva´s Bar

Fui a chivas bar un viernes en la tarde buscando un rápido after office con mis amigos y un sándwich o algo para comer.
La verdad me parece que pueden estar recién abriendo (favor corríjanme si no es asi), ya que no tenían cocina caliente, más allá de un sándwich en la panera y postres.
El mesero también no fue muy cordial, ya que al preguntarle que me recomendaba en la carta me responde: «es todo lo que sale escrito ahi», onda lee y apúrate… Cuecc con el servicio…
En fin, un mojito Jack Daniels (que estaba relativamente bueno), y un pisco sour y un aliado que a los dos últimos les faltaba su sello, nada especial.
Sinceramente creo que no fue el día para visitarlos o la hora. El servicio tampoco.
No volveríà la verdad.

Probé el pastel de choclo de almuerzo. Dejaba mucho que desear. Sabor a nada, la carne de consistencia gelatinosa y poco condimentada. En general no era representativo de un pastel de choclo típico chileno.

El Chiva´s bar tiene ese atractivo único que tienen esos lugares cuya fachada no dice mucho pero que una vez dentro y sabiendo como se mueve el ambiente te puedes llevar una sorpresa.
Conozco hace muchos años este sitio pues fue uno de los primeros que fui a «sapear» cuando llegué a Santiago, más bien motivada por una crónica en un antiguo número del The Clinic (cuando era bacán como diario jajaja)
Como bien digo, la entrada no dice mucho, un club piola, buenos tragos buena música, lo que hace a este bar bien especial es la estética de catacumba cuando bajas la escalera de caracol hacia el subterráneo y el sitio toma otro color, otro ambiente, mezcla de glamour, decadencia, tugurio y todo lo que le quieras agregar.
En el mencionado subterráneo, tienen pequeños módulos donde caben dos a tres personas como máximo donde el copete es bastante regado y los meseros vuelan cumpliendo los pedidos, todo ambientado en un ambiente de semi oscuridad y buena música. Recomiendo los tragos preparados (vodka tónica) no son la ganga pero tienen buen cuerpo. También cada cierto tiempo realizan fiestas temáticas para darle más onda al lugar.
Un bar para los que sapben, un tugurio en plena plaza Italia con mil historias para contar.