Bajo Llave

Bajo llave tiene una atmósfera especial, en especial el subterráneo, quitado de ruido, puedes conversar (y no gritar) tranquilamente, recuerdo que la primera vez que fui, me llevaron a «pagar el piso». Las opciones de comida son buenas pero no muy amplias (pizzas, tablas). Yo les recomiendo la tabla criolla, cuenta con todos los nutrientes que necesitan (carne, pollo al ajillo, papas bravas, salsa alioli).
Si deseas fumar, puedes pedir una mesa en la terraza exterior, aunque encuentro que no es para grupos muy numerosos (no así el subterráneo, que está acondicionado como el living de una casa).
Pocas veces recuerdo que faltara algo de la carta (comida o tragos). Leyendo las reseñas vi que tiene menús para almorzar, cosa que probaré en el futuro.
Como sugerencia yo colocaría en la carta que es lo que contiene cada cóctel. Para no tener que preguntar «¿qué lleva esto?».
Hay poca o nula señal de celular en el subterráneo. Para algunos es bueno, para otros no tanto. Señal wifi tiene solo en el bar.
El baño de hombres está al debe.

Fuimos a celebrar un cumpleaños doble un día martes. De la 7 cervezas que promocionaban, solo tenían 2.
Pedimos pizzas y se demoraban una hora en prepararlas y el resto de las cosas para comer no habían, terminamos pidiendo solo empanadas, única opción.
El segundo pisco Sour que pedimos también se había acabado.
Habrá sido martes pero se nota que no se abastecen bien, en lo absoluto.
No volvería.

Siempre que visitaba el Café Escondido, veja la terraza del bar Bajo Llave, he de reconocer que en algún momento incluso me confundí con la mesa, aunque no tienen nada que ver!
Pero siempre me llama la atención la comida que salía, así que decidí sentarme una vez si, y de verdad en esa terraza.
Como hacia buen tiempo y era agradable estar en la terraza no dedique mucho tiempo a investigar su interior y que me deparaba detrás de esa fachada.
Pero el entorn de noche es espectacular, recomendable para ir en pareja por el encanto que rodea la velada.
Me decante por las pizzas ya que siempre que iba, veja salir las pizzas y ese olor que tenia claro que el día que cenase ahí tomaría pizza!
Son deliciosas, su olor no hace justicia a su sabor. Hechas en horno, ideales para compartir mientras tomas un vino.

Cuando fui al Café Escondido (ver mi reseña de este lugar), vi este subterráneo bar (tienen sus terrazas pegaditas) y al tiro quise ir a conocerlo, pero pasaron años antes que se diera la oportunidad de visitarlo.
Cuando por fin pude ir, lo encontré precioso. Es una casa antigua, remodelada como bar y restaurant con diversos rincones para sentarse y un subterráneo (ahí me senté) que da la sensación de estar comiendo en una cava de vinos, todo en estilo muy «afrancesado».
La carta para comer no es tan amplia como la de tragos y vinos, pero tiene ricas cosas para picar. Me gustaron mucho un surtido de empanaditas de carne, queso y camarón-​queso. Eso sí, no es muy barato.
Es un lugar 100% recomendado para ir a un cita romántica.

¡La primera vez que fui a este bar me encantó! Me llevó un amigo con la premisa de que el Mojito era el mejor del mundo. Es bueno, pero no espectacular.
Está escondido en una calle sin salida de Lastarria, es algo difícil llegar, pero una vez allí SIÉNTESE EN LA TERRAZA, ya que tiene un aire a esas cafeterías francesas que vemos en las películas, todo por su infraestructura y el majestuoso árbol que se sitúa en la esquina.
Durante las noches y cuando la luna refleja su sombra, es tan romántico que dan ganas de quedarse ahí toda la vida.
Venden de todo, en su carta es un bar clásico. Cervezas, pisco, destilados, whisky, vodka y mucho más. También cuentan con una línea de cerveza artesanal muy rica y para nada cara.
Casi siempre tomo vodka con Red Bull ($ 5.300) o alguna botella de cerveza individual ($ 2.500). Las tablas son ricas, sobre todo la que trae aceitunas negras y verdes, palmitos, queso en trozos y una rica salsa de ciboulette, hay para todos los gustos y tipos.
También es una buenísima opción para almorzar ya que los platos son contundentes, sanos y baratos. El almuerzo consta de entrada, sopa, plato de fondo, ensalada y postre todo por menos de 5 «luquitas».