Había Una Vez

Extrañaba la pastelería estilo japonés y este lugar es lo más parecido que conozco en Santiago.
En medio de Patronato pasa completamente desapercibido y cuando uno entra a esta cafetería-​pastelería, la misma desentona completamente con el barrio (picadas, supermercados chinos y negocios de baja calidad).
La mecánica de atención es ir a la barra, hacer el pedido, pagar en caja y sentarse donde uno desee. Después nos llevarán el pedido a la mesa.
Si bien los dueños son coreanos, los castella (o kasutera) y la panificación tienen estilo japonés. Sobre el café … no me gustó, quemado como en la mayoría de los lugares.
Nos terminamos trayendo varios castella (solo a fines de control de calidad).

Great Korean bakery coffee place! Almost as good as Paris Baguette, same style. Nice place to stop in K-​Town.

Había una vez. or «once upon a time» is a picturesque café with an experience that always has a perfect story book ending.
This café located in the otherwise drab Patronato, is one of my favorites and one of the first of its kind in Recoleta. As you pass by, you can’t help put stop and stare at their perfectly made and beautifully designed pastries. As you walk in, you only find more interesting options.
This is a Korean café and pastry shop where their description is in both Korean as well as Spanish (pretty cool if you ask me). Also, another thing that is interesting is the way they pre-​package their pastries, giving them a more processed look even though they are made by them with few preservatives.
They also have a great coffee selection of both sweet (machiatos, flavored coffees) as well as the normal espresso and latte — the perfect way to start your morning. I recommend accompanying your morning coffee with one of their many different bread options (they have both sweet and savory) My fav is their cheese bread. You can also buy loafs to take home.
For the hotter days I always get one of their natural fruit smoothies (you can also go all out and get a surprisingly good milkshake).
Tip:
They have fairly cheap and beautiful personal cakes that are the perfect cake to give a coworker or friend. You can also order ahead of time and get a larger one made.
Don’t forget to take pictures because you won’t find cakes like this anywhere else!

Este local lo elijo por la dedicación y amor que le ponen a todas sus preparaciones además de ser un local muy bonito y agradable para pasar por tu desayuno o tomarte un café con amigos. La primera vez que pasé me llamó mucho la atención las «mini» tortas que exhiben en el mostrador y dije «tengo que entrar a averiguar que pasa» los diseños son bastante originales e innovadores con acabos que van más allá de la perfección además de las mezclas de sabores y coberturas de mazapán que en este local abunda anotándose puntos con lo mejor que no es necesario comprar una torta entera para probarla si no que puedes comprar por trozos para llevar o servir. lo siguiente fue que me enamoré a primera vista del pan con queso que venden en este lugar sin rodeos les digo, queso fundido, arvejas y choclo todo esto sobre un croissant caliente manjar de los dioses ideal para desayuno si quieres dejar de lado lo dulce, también venden sándwich fríos, algo así como un daily fresh pero preparado por ellos con ingredientes frescos y deliciosos. La variedad de pasteles tampoco la dejo fuera ganándose todo mi corazón y admiración las trenzas de canela cubiertas con un glaseado delicioso. Para finalizar solo me queda agregar que si andan en patronato no se lo pueden perder ya sea para degustar algún dulce o sólo pasar a curiosear.

No solamente las drogas causan adicción, se ha comprobado que ciertos lugares tienen el mismo efecto en las personas. En mi caso, el café «Había una vez» fue un descubrimiento que revolucionó mis papilas gustativas de muy buena manera.
Es sabido que la oferta de sabores nuevos en barrio Patronato es bastante amplia, por lo que cuesta decidirse por alguno de los numerosos restaurantes y cafés ubicados en dicha área del centro de Santiago. Esto sucede sobre todo a las personas curiosas como yo, pero cuando pasé por fuera de este local y miré la decoración tan bonita que tenía, me decidí a entrar y no salí jamás.
La gracia de «Había una vez» es que nos entrega los sabores de un tipo de repostería que fusiona lo oriental y occidental. Maravillosos son los pancitos dulces rellenos de poroto rojo, una rebanada de torta de camote, de té verde o ganache de chocolate. Para acompañar poseen uno de los mejores batidos de galletas oreo que he probado o, si ya es mucho para sus estómagos, un té de cinco frutas vendría espléndidamente.
Debo confesar que soy una seguidora de la cultura oriental y me pego infinitos días viendo doramas provenientes de Corea del Sur. Cuando desfilan por mis ojos las escenas en las que los personajes reciben pasteles de regalo, me emociono y pregunto ¿en dónde consigo una torta tan bonita como esa? Respuesta: en «Había una vez» hay de esas piezas que te dan ganas de no comer por lo lindas que son y la variedad de sabores es grande.
Me gusta este lugar y lo visito cuantas veces puedo. La decoración es de cuento, la comida es riquísima, la atención es buena, los baños están siempre limpios y aceptan pago con tarjetas. Lo único que sugeriría es que tuvieran una mejor señal de wifi, pues soy pobre y no cuento con Internet en el celular.