Aquí he pasado a comprar pasteles… pucha que son ricos! han probado los pasteles árabes? no! entonces aprovechen y compren aquí, así se irán a la segura. Ubicada en pleno sector de patronato, no solo tiene lo maravillosos dulces, también hay adornos, te, condimentos, ropa y todo lo que una tienda de este estilo pueda ofrecer, como ha de ser muy común habrán varias cosas que no conocerán, pero la gente que atiende es amorosisima, por lo tanto no tendrán problemas en explicarles lo que necesiten.
Emerson J.
Place rating: 3 Rancho Santa Fe, Estados Unidos
Esto es lo más cerca de ir a un supermercado árabe. Tiene desde dulces hasta té, aromas, figuras etc. Es entrar a un mundo árabe, la verdad el local tiene bastante onda. Sí necesitas ropa árabe, acá también encuentras. La verdad es un «Rincón Árabe» de verdad, como lo dice su nombre. Lo bueno que tiene que las personas que te atienden te explican y sacan de dudas, claro está que a uno le surgen dudas al no conocer la mayoría de los productos. De consejo, les digo que los dulces casi todos son muy dulces, no aptos para diabéticos. Les recomiendo comprar variedad de pastelitos para que así puedan probarlos y tener un espectro mayor de los dulces árabes. Los distintos té también son recomendables, si tienes dudas de ellos, pregunta a los vendedores. Gran lugar, ideal para conocer cosas nuevas y probar. Y recuerda, si tienes dudas pregunta y no te lleves algo sin saber lo que es. Los precios? uff depende de lo que lleves, pero no es nada caro.
Mónica D.
Place rating: 5 Santiago de Chile, Chile
El Rincón Arabesco en un clásico de Patronato. Tan ecléctico como el barrio, ofrece desde condimentos e infusiones hasta ropa, bufandas y adornos pasando por instrumentos musicales, tableros de ajedrez y narguiles(esas pipas de agua coloridas con manguera y boquilla). Si la vitrina ya llama la atención, el interior no deja descansar a la vista. En general voy por una cajita de infusiones de flores árabes de la marca Al-Attar, uno de mis tés favoritos de este momento, pero me distraigo con los adornos, los muebles, los laudes, las decenas de condimentos y las delicias árabes. Para completar la once, a mí me gusta la cajita de dulces árabes surtidos, donde se pueden probar versiones chiquititas del baklava, mini cereglis, y otros pastelitos de nombres raros con trocitos de pistacho y bañados en almíbar. La gente que atiende es muy amable y siempre están dispuestos a contestar las preguntas que surgen de manera natural frente a los productos de la tienda. Cada vez que voy, vuelvo a casa con un nuevo sabor y algún dato sobre la cultura árabe que antes no sabía.