Hace poco abrieron una sucursal de la cadena Nac & Pop en el barrio de San Cristóbal y creí que era la mejor noticia que podía recibir en meses, pero la verdad me sentí un poco decepcionada. Desde su apertura hace dos años, se habían destacado por los bajísimos precios y, aparejada, una buena calidad. Temo que ninguna de las dos premisas se cumplieron en mi primer visita, aunque estaba bastante mas cara que la última vez pedí una hamburguesa Doble Carolina. Tenía de ella los mejores recuerdos: panceta, huevo frito, morrones y dos hamburguesas bastante grandes. Si bien los ingredientes eran los adecuados, me encontré con dos patys finitos y no muy ricos. Tremenda decepción después de lo abonado. Aún así, decidí darle otra oportunidad, digamos, por los tiempos pasados. Pedí la bondiolita Luca y debo admitir que vino muy bien. Para los que no lo conocen, todos los platos tienen nombres de musicos o personalidades argentinas. La decoración es acorde, con caricaturas de Tití Albarracin de las principales bandas masivas: Pappo, Los Piojos, Spinetta, Virus, Fito Paez, Babasónicos, etc. Los memoriosos recordaran esos mismos dibujos que ilustraban las tapas de los libritos para aprender acordes de guitarra. Debo decir que me dejó una sensación ambigua, un poco decepcionada por la suba de precios pero aún feliz de encontrarlos abiertos a horas inhóspitas los días que una llega muerta a casa.