Café Berlín

Personnel très sympa. J’adore leurs sièges, leurs bibliothèques et leurs mojito!

Local bar in Valencia with special local beers. The bar is large with original interior cosy design. Beers and other drinks are not expensive. 5 € for a mojito. Tapas can be served

Muy desilusionado de este bar la verdad, fuimos en una noche de ruzafeo mi pareja una amiga y yo, el local bastante grande, con terraza, agradable entramos y de una vez escogimos nuestra mesa y todo porque nos gustó mucho. Nos dimos cuenta que había una oferta por hacer check-​in, y yo, buen pesetero y debido a la crisis que nos mantiene contando euro a euro dije «chicos, hacer check-​in que tendremos un 2×1 en mojitos, q alegría!!!» no podíamos estar mas equivocados…
Me acerque al chico de la barra y no se porque me dio por preguntarle sobre la opción del 2×1 de Unilocaler, mostré incluso mi móvil para que viera q no me había sacado nada de bajo la manga, el chico cambio totalmente su trato hacia mi de hecho me dijo q no que eso ahí no está, q de donde había sacado eso… La verdad me molestó la forma en que respondió, básicamente porque tenia un letrero imaginario en su cara que decía «no tienes para dos mojitos? Q haces aquí»… Le dije a mi amiga y pareja, lo q había ocurrido y por decisión unánime decidimos marchar de ahí, viendo como el chico hablaba con la camarera en plan criticando de manera negativa lo que le había mostrado.
Paso de volver a este sitio, solo por su atención, porq el local es muy grande y agradable y esta muy bien situado para esas noches de salida con colegas o en plan parejita.

El local tiene el rollito de todos los de Russafa, sólo que a mi me parecieron bastante antipáticos. Hicimos check y nos tocó un dos por uno en mojitos, pero nos quedamos con las ganas de usarlo. Se hicieron los suecos! Y no con buenos modales. Por cierto, el mojito tampoco es ninguna maravilla.

Después de hacer el check-​in me dice que tenemos una oferta en los mojitos. Si te pides uno te ponen otro gratis. Qué bien!
Al comentárselo a la camarera me dice que no trabajan con esa empresa desde hace años. Le contesto que es gratuita y que es para proporcionar información del local y promocionarlo.
Ha ido a consultarlo con su jefa, pero… a la vuelta no dice ni pruna. Cobra y se va.
Mala gestión.

Lo bueno de este sitio, además de que los mojitos están muy buenos, es que si vas y haces check-​in el mojito te costará la mitad: en lugar de cuatro euros, dos.
Es ideal si te apetece quedar en plan tranquilo un ratito con los amigos o si quieres pasar un rato leyendo cualquiera de los libros que tienen allí disponibles.

Uno de esos sitios donde apetece, y hasta hace ilu, ir a cualquier hora del día. Por la noche a unas cervezas –dobles de Mahou por menos de euro y medio, biennnn-​, por la no tan noche si eres de los que beben mojitos como agua mineral -¡a 2×1 si haces check-​in!- o más relajadito para disfrutar de su carta de infusiones en plan sobremesa –pero, cuidado, sobremesa tardía, que yo más de una vez me he dado con la puerta en las napias, porque hasta las 19 no abren, ¡error!
El espacio es enooooooooorme y se une a la moda de poner cada mueble de una forma, viejunez que contrasta con el blanquísimo de las paredes y la altura del techo. Como en todos los lugares así, hay unos sitios codiciados que se ocupan los primeros –sofás, sillones anchotes, el columpio…- y otros en los que no se quiere sentar nadie, por el bien de su rabadilla.
La mujer que atiende es el amor hecho persona, ¡y también hace una tartas de muerte! Es un bar que, aunque tirando a una parroquia moderneta, no es para nada pretencioso; es tan familiar que a veces campa por ahí el hijo pequeño o hasta el perrete, que no se cortará en acercarse a tu mesa tranquilote a que le rasques las orejas un rato.
Tienen wifi gratis, busca la clave en las paredes -¡ALELUYA!, al fin alguien comprende esto– y otros pequeños detalles que molan como palomitas recién hechas con cada consumición que pidas. También gustan de organizar miles de cosas, sea tándems de conversación a la berlinesa, cursos de ganchillo o conciertos por el Día de la Música.

Desde la apertura del Ubik café son muchos los locales que se han apuntado a la moda de no comprar mobiliario y amueblar su cafetería con las sillas y mesas de los antepasados propios, o ajenos… Pasaba cada dos por tres por el café Berlín, pero siempre con prisas. Esta vez aproveché el bullicio de las calles ruzaferas falleras por excelencia y entré aquí buscando un poco de tranquilidad y un buen té. La verdad es que acerté, porque encontré justo estas dos cosas. Me sorprendió ver el té de cannabis en su carta, una de las peculiaridades del sitio, aparte de la luz y el ambiente que se respira. Vi que hacen tartas caseras, con muy buena pinta, así que también podría ser un buen sitio para merendar, otro día iré con más hambre!
Hacen tandem en alemán, para los que os interese profundizar el idioma y conocer gente de paso ;)

Un sitio agradable, tranquilo pero sin ser aburrido, donde poder tomar una copa por la noche sin renunciar a charlar con los amigos. Es espacioso, pero el sábado por la noche se llena bastante y puedes quedarte sin sitio, aunque esto tampoco es un problema porque puedes quedarte de pie en la barra.
El día que yo fui, haciendo check-​in con Unilocal tenías un 2×1 en mojitos. Teniendo en cuenta que el precio de cada mojito está a 4 €… ¡es un chollo!

Un sitio diferente, muy relajado, con buena comida y precios bastante economicos.
Quito una estrella porque el dia que venimos nos atendío la camarera más despistada del mundo…
Pero en su defensa hay que decir que era majisima!

He estado en varias ocasiones y siempre salgo encatada.
Está situado en plena calle Cádiz y resulta perfecto para tomar algo con los amigos por la noche e ideal para merendar algo por la tarde.
El local tiene su encanto: está decorado con muebles reciclados, cada silla es de un padre y de una madre, hay mesas, sillas, butacas, sofás…y siempre podrás encontrar merodeando en busca de caricias al perro de la dueña.
Una de las últimas veces que estuve hice check-​in y me regalaron un mojito al pedir otro. Además siempre te sirven las bebidas con un cuenquecito de palomitas recien hechas, es una gozada entrar y percibir el olor de las palomitas, pero más gozada es cuando descubres que te las van a servir. Otra cosa rica que tienen son las cocas de almendra. Por lo que me dijo la dueña las hace ella misma y están de lujo. Recomendable 100%

Un sitio muy acogedor en donde tomarte un café con amigos, o lo que no es un café, con una zona de librería para leer (vete y busca eso en una cafetería clásica de las nuestras), y una decoración muy original y agradable. En el centro del local hay un sillón colgando de cadenas, un columpio tal cual, y otros detalles como las mesas. Se encuentra en pleno barrio de Ruzafa, a pocos metros de la Gran Vía y la Calle Ruzafa.
Aparte de un café, es un local que admite todo tipo de actividades culturales, como intercambio de idiomas, por lo que nos comentaron. Lástima que no pude estar todo el tiempo deseado, pero he de remarcar que es un sitio tranquilo del que no te apetece irte.

Al más puro estilo de los cafés berlineses… así es el Berlín, como no podía ser de otra manera. Gusto por todos los rincones, una zona de librería-​lectura, un sillón-​columpio que cuelga del techo y unas mesas que difieren en colores, estilos y materiales. Definitivamente chulo, así es el lugar.
Es perfecto para ir por la tarde a tomar algo, por la noche a disfrutar de unas copas y ojo, que tienen tapitas también y tartas caseras con una pinta deliciosa. Además, en el local se hace intercambio de idiomas (alemán e inglés, creo recordar) y está abierto a todo tipo de iniciativas musicales y culturales. El servicio es bueno y ahora hay una oferta por check-​in de dos mojitos por uno ¡ja!
Si estás pensando en un bar bonito con el que sorprender a tu pareja o amigos el Berlín te dejará por las nubes, a mi me parece lo más, desde su cartel de néón de la puerta hasta las papas que sacan con la Coca-​cola, que siempre se agradecen. Pregunta por las tapas que yo me quedé con las ganas porque no eran horas, mmm ¡volveré!

Una nueva cafetería en Ruzafa, pero de las buenas, de las que ya, nada más abrir, tienen solera y encanto. Es una cafetería al estilo europeo, con su pequeña biblioteca, con sillas y mesas dispares en cada rincón, lámparas de diseño y una barra hecha de materiales reciclados. Un columpio reina el centro del local y da la tentación de subirte y balancearte hasta tocar el techo. Se nota que le han puesto mucho amor en la creación.
Solamente he tomado café el domingo. Pero me llamó la atención sobremanera, ya que, cosa rara, el café estaba buenísimo, y además lo acompañan de un trocito de coca casera buenísima. Todo un detalle.
Hablamos con la camarera y nos dijo que además hacen club de ganchillo los miércoles a las 18:30 (yo probaré un dia). También grupos conversacionales de idiomas, y quieren organizar muchas más actividades. Se les ve con muchas ganas. La sonrisa de la camarera delata su bienhacer, y ya veremos como este local se convierte en uno de los punteros del barrio. Además, y sin venir a cuento, he ganado un Mojito por hacer Check in en el local «by the face». Ya me caeis todavía mejor.