Estar a cargo de una abarrotería es complicado, ya que exige mucha atención y trabajo físico. Las pequeñas tiendas casi siempre son propiedad de familias que también las atienden todo el día: el papá en la mañana, la mamá y el hijo en la tarde, las hijas los fines de semana, y tanta dedicación puede causar fricciones entre ellos y verse reflejado en su atención hacia los clientes. En esta tienda yo he visto pasar a varios dueños, unos han sido amables, otros no, otros han dejado caer esta abarrotería, que además está ubicada en un punto crucial de la colonia. Al fin, llegó una familia que siempre se ha dedicado a atender negocios y la levantó. Cualquiera que te atienda será muy amable, siempre está surtida hasta con los productos más nuevos o las promociones de Sonric’s, Bimbo, Tortillinas Rosa, Boing; venden lo básico de verduras como jitomate, aguacate, chiles; tortillas de maíz; postres; varias marcas de cerveza, jamón, queso; croquetas. Son tan amables que los vecinos se quedan platicando con los dueños y ahí te enteras de los chismes de la colonia o conoces mejor a tus vecinos. Es tan familiar el local que hasta su perrito Dalmata resguarda la entrada, si lo ves deja que te olfatee y dale una caricia. Una tienda que cambió de administraciones, hasta que llegaron los dueños ideales.