Mi pareja y yo siempre andamos en busca de buenas panaderías. ¿Qué les puedo decir? Somos gente amante del pan y la repostería, me declaro culpable de ello. Esta panadería siempre la había visto cuando voy de camino a la facultad por el centro pero nunca le había puesto demasiada atención. La otra noche que no teníamos nada qué comer para quitarnos el antojo decidimos encaminarnos a explorar la panadería con nuestros pequeños perros en mano, con pretexto de sacarlos a caminar un rato. Llegamos ahí y resultó que todo se veía delicioso y estaba increíblemente barato. Tanto así que terminamos comprando casi 50 pesos entre pan dulce, barras y paquetería. Yo me emocioné tanto que compré como cuatro cosas para comerlas esa noche y obviamente no me las pude terminar. Sólo comí una hojaldra triangular rellena de jamón y queso que estaba deliciosa y que hizo que saciara mi hambre voráz. Además de eso compré una dona espolvoreada con azúcar y un muffin de chocolate, al que ya le comí la mitad. La dona la estoy guardando para una nochecita de clima fresco para comerla con café o chocolate caliente, pero para ser honestos creo que me quedaré con las ganas y terminaré comiéndola con un poco de leche de almendras fría porque no creo que pronto vaya a hacer menos calor. Es una buena opción para comprar pan dulce o hasta galletitas, pues venden unos paquetes de galletas deliciosas de mantequilla y de diferentes variedades que están enormes y sólo cuestan 10 pesitos. Mi nueva panadería favorita.