Il Piacere

Una de esas situaciones en las que somos muchas las personas que queremos convivir, comer y que sea céntrico, y especial, y no muy caro, pero sí un gustito… Así llegamos a Il Piacere.
Es curioso porque lo había visto un par de veces y no me apetecía entrar, me parecía de esos lugares muy caros, sin imaginar lo bien o mal que pudiera estar. En la mañana se ve cerrado, y hacia la tarde las velas comienzan a brillar en cada mesa. Todo sugiere una atmósfera romántica, con vista a la famosa avenida de Paseo de Montejo.
Total que pude constatar qué tanta razón tenía o no. Bien, pues aunque se ve un lugar «formal» nosotros –veinte performers después de función– nos la pasamos muy bien, riendo, charlando y bromeando, sin incomodidad en el ambiente.
Los meseros son muy amables y pacientes, acomodaron dos o tres veces las mesas para que pudiéramos caber las quince personas presentes. El servicio está bien en tiempo, tratándose de que pedimos pizza, unos 20 o 30 minutos de espera.
Ahora, si bien no es caro-​caro, tampoco es tan rico como para pagar el precio. Yo, lo admito, pedí la pizza más económica, de $ 155 y nos alcanzó para tres, pero era realmente básica: tomate y queso, chan chan. Además de que la masa estaba muy equis, ni crujiente, ni delgada, sino masosa e inflada. La chela anda en $ 29.
La verdad es que no lamento la experiencia pero no correría a repetirla de nuevo.

Un lugar con espacio al aire libre para disfrutar una pizza mientras contemplas el Paseo de Montejo. Il Piacere tiene una variedad de pastas y pizzas con recetas italianas tradicionales. Te sirven la pizza con la masa delgadita y crujiente y con ingredientes naturales y combinaciones discretas, nada que ver con las pizzas atiborradas de cosas que suelen venderse en las cadenas comerciales. Alguna vez me dijeron que la «verdadera» pizza no debería llevar más de 3 ingredientes, y aquí eso se sigue al pie de la letra. Por eso, puedes disfrutar de cada sabor realzado por el queso y la salsa de tomate.
Siento que últimamente Mérida se ha llenado de restaurantes de comida italiana, es como un boom de la pasta artesanal y la pizza no panosa, y no sé a qué se deba, pero me agrada bastante este fenómeno. Pero resulta que Il Piacere no me llamaba tanto la atención, y no lo hubiera conocido si no hubieran escogido el restaurante para festejar el fin de un taller que estaba tomando. Como disfruté mucho la velada, y el servicio del mesero fue de lo más amable, recomendaría este lugar para ir a cenar y probar de este tipo de pizzas.

Lo mejor de Italia traído a mi zona favorita de esta mi hermosa ciudad Mérida, el gran Paseo de Montejo y que con toda su historia y casas enormes estilo colonial que lo rodean hacen se una velada realmente memorable se las personas que llegan este rico restaurante.
Yo lo pondría como para ocasiones muy especiales y para cuando quieras darte esoa gustitos que bien valen la pena cuando todo el tiempo nos estamos esforzando día a día. El menú es muy completo y tienen un platillo especial todos los días. Su gran cava de vinos no es la mejor surtida que digamos pero tiene con que defenderse ya que la calidad de los vinos con los que cuenta se llevan un tremendo 10. Los precios son bastante justos para la zona y el extraordinario servicio que te dan. Muy rico y en un ambiente realmente estupendo digno de visitar cada que vengas a esta bella ciudad blanca.

Oiiii, no me gusta escribir mi opinión cuando no es muy positiva, pero la verdad ante todo:
Nos sentamos y pasaron hasta 15 minutos para que nos dieran la carta (estábamos sentadus un poquito lejos y la verdad nunca intentamos llamar la atención de ningún mesero, entonces se podría entender). Cuando por fin nos vieron los meseros fueron muy amables.
Ordenamos y la pizza llegó a un tiempo razonable, pero ufff, no me gustó nada. La masa no tenía consistencia de pizza, me pareció demasiado liviana, como de pan de caja. Era gordita, pero sin La Textura, y sin un sabor particularmente rico. No era ni panosa gorda, ni delgadita crunchi, ni delgadita panosa (como la de Raffaelos, yum).
La salsa de la pizza me pareció muy dulzona y sin sazón; me atrevería a decir que la salsa de la pizza que yo comí era de caja D: Eso no fue lo más gacho: el queso estaba cortado en grandes rebanadas aisladas (aisladas por muchos centímetros), y no rallado y distribuido uniformemente, lo cual hacía que mordieras una esquinita del queso y se fuera el cacho compleeeeto, haciendo un despapaye comensal, haciéndome perder mi glamour frente al galán y dejando al resto de mi rebanada cheesyless.
Si me dan esa pizza y es muy barata, no le pongo pero, pero si me dan esa pizza y luego me cobran lo que cobraron, me siento menos que complacida.

Amigos les tengo que confesar que mi placer por la comida italiana viene de tiempos ancestrales, cuando era una pequeña muchachita de una familia italo chilena, donde las comidas eran con todo el sazón de la Italia de mi familia.
La sangre llama y cada vez que puedo me cocino o voy a algún restaurante que preparé la exquisita comida italiana. La ciudad de Mérida no se queda atrás y nos ofrece una amplia variedad de restaurantes italianos a elegir y para mi cena me fui a Il Piacere. Como siempre digo, una buena cena tienen que ir acompañada de una buena copa de vino. Los precios son algo altos en comparación a la cata de vino que tienen pero nada terrible.
El antojo de esa noche era la tradicional pizza. Al enterarme que el dueño era siciliano me fui por la pizza Margherita porque es la más tradicional de esas tierras o bueno eso pienso, porque las mejores pizzas que probé de esa preparación fue en Palermo en la Isla de Sicilia. El sabor de este platillo estaba perfecto, el sabor justo con la masa perfecta, hicieron que me fuera del restaurante con una gran sonrisa.
Il Piacere lo recomiendo por ahora por sus pizzas y cuando vaya de nuevo les diré como estaban las pastas.

Espero que te identifiques conmigo, porque estos pequeños placeres de la vida son los que hacen que hasta el más insignificante de los detalles, se vuelvan experiencias para archivar en el corazón antojadizo de la sazón.
Le tengo una especial afición a todo aquel alimento que sea crocante y picante. Lo demás puede cambiar de mil formas, pero si está picantito y crocantito, seguro ya valió la pena aunque sea la probada.
Pues probé esta pizza, una cuatro quesos con la mejor masa crujiente jamás. Estaba perfecta y con mi vinito quedó como mandada a hacer. Los ingredientes son frescos, se nota en la calidad y por cierto, tienen menú del día y obvio cada día es diferente, te lo recomiendo ampliamente. Lo que pruebes aquí, te dejará más feliz que la quincena.
Fue una velada muy a gusto, el lugar y todo vale la pena. Es carito, sobre todo los vinos, pero es un muy buen lugar.