Larbos

Como me encanta Larbos, es tan maravillosos ingresar y sentir que estás en alguna tienda de Europa donde la mayoría de los productos no los has visto ni en peleas de perros pero piensas que deben ser maravillosos y riquísimos.
Parto con su variedad de tragos dulces donde siempre compro el amareto favorito de Mamá, aquí siempre lo encuentro y eso a ella la hace feliz (no es barato, pero por una sonrisa de madre, eso y más).
Vinos, tienen una gran cantidad de vinos que son para probarlos todos, he comprado un par de aquellos que no conozco y siempre la sopresa ha sido satisfactoria.
En el universo de chocolates y dulces son de otro nivel, nivel Súper Mario Bross que gran variedad cuentan y todos parecen ser riquísimos. También en presentaciones ideales para regalos de esos de último minuto donde igual quieres quedar bien.
Tiene una página en Internet ideal para comenzar a relacionarse con sus gran variedad de productos y puedes ver su sección de regalos donde de seguro querrás regalar algo a tus seres queridos (por lo menos eso me paso a mi)

Mi abuela siempre fue fanática de los dulces y chocolates y aunque no éramos tan unidas, igual me lo pegó a mí.
Esta confitería está media escondida (aunque está a pasos de la Alameda) es popular y muy antigua para los que gustan de comprar estas cosas por gramos o alcohol muy específico.
Cuando uno entra siempre hay gente dispuesta a atenderte de manera muy pero muy personalizada, tanto que uno siente que está comprando un auto o una casa, porque ponen especial cuidado en cada persona que ingresa.
Pasas con chocolates o chocolate bitter, mis recomendaciones seguras, aunque cualquier cosa que salga de ahí-​con sus cartuchos blancos y letra dorada– o sus bolsas con el logo, son de seguro algún pecado de gula absoluto.

La mejor Chocolateria y Tabaqueria del mundo existe y es la Larbos, la conocí un día que de pendeja, la señora gato me pidió que le comprara Cigarros de esos largos que se fuman con boquilla, yo de pura inocente y para ganarme la comisión fui. Desde ese día que cada vez que puedo voy, entro a veces solo para que los tíos que atienden ahí me saluden.
Este local parece que se detuvo en el tiempo, no solo por los productos que venden, chocolates en cajas de maderas, licor para después de la cena o almuerzo, cigarros largos y delgados, boquillas para fumar y cigarreras, sino que también por las personas que ahí atienden y la infraestructura del local, antiguo, de madera con mesón de corrido, romántico hasta la médula. Como dato, atienden los domingos también. Los productos no son muy baratos, pero es un local hecho para expertos.
Si un día decide pasar, compre dulces de anís, mis preferidos, son los mejores para después del cigarro, según dicen quita el olor, según digo, los besos con ese sabor son mejor.