Fuente Mardoqueo

exquisita comida EXCELENTE para un After-​Con (cuando sales de una convención de la estación mapocho) y siempre he recibido una cálida bienvenida

Ideal para ir con muchos amigos gracias a los amplios mesones y espacios, pero tus amigos deben ser adinerados ya que un churrasco te puede salir por lo bajo 7 lucas, en las alemanas te comes el mismo churrasco por 4500.

Por dato de un amigo llegué a esta sandwichería ubicada en el barrio Yungay, al comienzo no sabía cómo era el sistema, pero un par de miradas y entendí, se pide, se come y se paga, un local bastante bonito, con buena decoración y típico de los lugares tradicionales de Santiago. Pedí un lomito italiano, bastante contundente en un rico pan amasado, con un variedad grande de condimentos a echar, excelente, pero de ahí el palo, no sabía que los ingredientes del sándwich se pagan por separado, por lo que mi bolsillo de estudiante lloró nuevamente, eso como dato para quienes van por primera vez. Si llevan harto efectivo por supuesto es un imperdible de la ciudad.

La escena: un cambio de casa que demoró más de lo necesario. Un camión de mudanza atrasado y gente con un hambre del terror.
Así conocí este Mardoqueo y fue maravilloso.
De hecho, era invierno y habia llovido el día anterior. Frío, cansancio y hambre. Horrible.
Hasta que conocí el chacarero generosísimo y me cambió la cara. Es que los sánguches aqui son con cariño. Grandotes, con harto relleno, de esos imposibles de comer con las manos y diifíciles de comer con tenedor. Buenazos.
Una cosa importante, como se paga a la salida hay que estar atento de no olvidarse de pasar por caja antes de cruzar la puerta, si no, su foto puede pasar a ser parte de la decoración del local. Ojo con eso.

Puro Bluff la Fuente Mardoqueo!
He ido a la del centro y a la de Bilbao.
Aers…
El local es bonito, bien decorado. También llama la atención las mesas alargadas. También, tener presente que le podis hechar cuanta wea querai al sandwich, mostaza común, mostaza antigua, ají, diversos, salsas, etc.
Ahora Bien. Encuentro que se van al chancho con los precios. No puede ser que un churrasco italiano te cueste lo mismo que un bife a lo pobre de un Restaurant de precio moderado. Así es, tal cual. Ya ni recuero, pero te cobran por el churrasco y el pan, como base, y cada agregado es aparte. ¿abuso de información de parte del local para con el cliente?, ¿falta de honestidad?, quizás si, ya que hay que intuirlo, toda vez que se paga cuando sales del local. Pésima modalidad de cobro.
La comida es rica, que duda cabe, pero wn…¿8 lucas por un churrasco /​lomito italiano?, Andá…
Mi recomendación es que si van, al final choreense el ketchup, la mostaza, y dejen el agua del baño corriendo, digo ¿no?, para compensar el asalto que es la carta «oculta» del lugar​.jajaja​.no, broma…

Tanto me hablaron de este local, casi que superaba a la Fuente Alemana, que fui a visitarlo y les digo al tiro que NOT!
Sí, rico. Sí, sánguches enormes, pero jamás, jamás comparable con la insuperable. Fuente Alemana. De partida, es muy caro, te cobran la base y cada ingrediente adicional… Mal ahí. La ventaja es que es muy espacioso y lindo el lugar, lleno de interesantes colecciones. Además, tienes en las largas mesas una buena cantidad de salsas para aderezar tu sangurucho.
El sistema es: Pides /​Esperas tu sánguche /​Te lo llevas a las largas mesas /​Comes /​Pagas a la salida.
La verdad no compré mucho.

Quizás uno de los mejores sándwich que he comido en Santiago. La modalidad de servir y pagar después es distinta y llamativa. El ambiente es familiar y el local esta lleno de tesoros del pasado. Los precios son un poco elevados, pero la atención, la calidad de los platos y la rapidez lo valen. Recomendable!

Es un buen lugar para grupos, las mesas son amplias y tienen buena variedad de sandwiches y aderezos. Es con autoatención, se pide el sándwich primero, después se retira, se consume y al final se paga. Muy tranquilo y fácil de llegar.

La plaza Yungay es de esos lugares de Santiago que jamás deberían dejar de existir, de esos sitios donde se vive aún una vida de barrio lo bacán inmersos en medio de la ciudad, con sus ferias de cachureos donde encontré unas poleras de pulp a quina, o a gente compartiendo en medio de la pileta y así.
En medio de este ambiente de relajo y con una entrada lo piola para lo grande del local (como es por dentro) la fuente mardoqueo destaca por sus sandwiches y servicio el que no decepciona, una decoración llena de cachureos (como un shopdog pero con más glamour) y con unas chiquillas secas que hacen sandwiches pulentos en poco tiempo y con mucha enjundia.
El sistema quizás es un poco enredado si va por primera vez pero es lo que hay, se pide el sanguche con lo que quiera, pide su bebestible, lo disfruta y cuando se va lo paga en alguna de las cajas habilitadas, nada de servicio a la mesa, pero de verdad vale la pena la experiencia. Lo que más me gusta es que además de los sanguches tienen mil opciones de salsas y condimentos en las mesas, nada de pobreza o andar escatimando en gastos.
Pase y venga, sobre todo por que ahora atienden los domingos hasta tarde.

Partió como una picada de sándwiches, pero eso ya no es así, y eso se nota en los nuevos precios — en comparación a los antiguos, claro. Los sándwiches son demasiado ricos, brutalmente gigantes, pero caros, no aptos para bolsillos universitarios de viernes por la tarde.
El lugar es gigante y la ambientación lo mejor, con fotos de la torre Eiffel, el arco del triunfo, el palacio de Buckingham, súper europeo. También, lo que le agrega el aire nostálgico que lo destaca, es que como parte de la inmobiliaria, tienen televisores antiguos, maquinas de escribir y fotos de famosillos que han ido por las esquinas y paredes.
Otra cosa que también tienen en las paredes son las fotos de quienes han hecho perro muerto. Les recomiendo no caer en estos ilícitos, o terminarán junto a la puerta del local. ¡Qué vergüenza!
Puedes armar tu sándwich como tú lo desees y te lo preparan en el momento. La chica del mesón habla por alto parlante, lo pide, tu lo comes y luego lo pagas. Otra cosa que puedes pedir también, para acompañar, es bebida, jugos naturales y cerveza.
Entre bebida y sándwiches, fijo te gastas unos 7 mil pesos. Ya no le queda mucho de picada, pero de que es buena, es buena. ¡Vayan con hambre!

¿Qué puede ser más emocionante que ver muchos objetos antiguos colgados de una pared, tales como máquinas de escribir, teléfonos y cámaras antiguas, máquinas de coser, y cientos de otros cachivaches… ¿qué?, eso, SÍ: comer un MEGA HIPER SANDWICH rodead@ esos objetos. Si este es tu escenario, bienvenid@ a la Fuente Mardoqueo.
Ya sea pidiendo sandwich tradicional, o armando el tuyo, el degustar un sandwich del tamaño de un plato de fondo, te aseguro, hará feliz a tu estómago.
Disfrutar de un rico sandwich y rodead@ por objetos que cuentan una historia, es algo que hay que hacer,

De nuevo, ¿por qué esta vegetariana escribe sobre locales de sándwiches? Porque antes, cuando llegué a Santiago, comía carne y visité este lugar varias veces y tengo que recomendarlo porque es realmente GÜENO.
Y lo sigo haciendo, porque en el Mardoqueo puedes escoger sin problemas los agregados, entonces puedo ir a chanchear con amigos no veggies, sin tener que comer un fome pan con tomate, palta y mayo. Acá armo con mis ingredientes: champiñones, porotos verdes, palta chorreando y lo mismo con la mayo casera. Todo lo anterior, sumado a la salsas que esperan en la mesa.
Aparte de sabrosa, la Fuente Mardoqueo es uno de los clásicos del Barrio Yungai. Sin duda vale la pena conocer el lugar y pasar a comer aquí. Su interior, más grande de lo que se ve por fuera, suma puntos por la decoración con elementos antiguos como máquinas de escribir, cámaras, etc,
Esta es una de las buenas picadas sangucheras de Santiago. Aunque ojo, es picada por lo grande y contundente, por lo rico, pero no lo es por el precio ($ 5.000 — $ 8.000 promedio).

En el Barrio Yungay y casi llegando a la plaza del mismo nombre, está este local que por fuera pareciera pequeño, pero que se va ampliando con la vista y con el tiempo.
Uno de los mejores nuevos lugares para ir a comer un sandwich de proporciones, de esos para no comer en harto rato más.
Una de sus mayores gracias es que uno puede elegir cada uno de los integrantes, con una gran variedad y su tamaño siempre permitirá echarle algo más.
Insisto tanto en lo contundente de sus preparaciones, que recomiendo no haber comido antes, venir con un bajón importante, «hacer hambre» (ya sabrá usted como) pues de verdad es demasiado para un ser así con un hambre normal.