Desde afuera parece el típico carro de completos y sanguchería que vemos a la salida del estadio. Tiene su lista de precios con las promociones de siempre y su televisor mediano con alguna programación de la tevé nacional. La diferencia está marcada por el amplio comedor dispuesto frente al mesón y los pisos donde acostumbramos a pedir los bajones. Mesas servidas con alcuza, panera y pebre para ofrecer asiento a quienes, entre una y tres de la tarde, decidan regalarse una contundente porción de comida casera. La vez que decidí tomar asiento me trajeron en seguida un plato con seis rebanadas de tomate dulzón al que preferí no echar sal. Tomates de huerta casera, me dijo la mujer que atendía. A la siguiente vuelta trajo un plato hondo de cazuela hirviendo. Choclo, zapallo, una papa entera, porotos verdes, zanahoria, pimentón y arroz en caldo. El cilantro, al igual que el ají, es decisión de cada uno. Viene con bebida incluida. Doña Ilsia Rodríguez, administradora y cocinera de este local, asegura que su especialidad son los porotos y el costillar al horno que vende por el mismo precio. Luego de servir la olla completa, se dedican a ofrecer completos, ass, churrascos y empanadas. De lunes a jueves entre 10 y 9 de la noche. Los viernes y sábado se alargan hasta las una del otro día.