Situado en un antiguo mercado de carne, y formando parte de la tendencia de reutilizar edificios históricos para poder de este modo conservarlos, aquí nos encontramos con un local lleno de jamones colgados del techo con montones de turistas que entran únicamente para sacarse una foto. Pero no es sólo un sitio para visitar, además tienen un bar-restaurante, donde promocionan productos de toda la región de Flandes, donde poder tomar unos quesos cremosos con hierbas, jamones locales(ponen dos estilo serrano, que tampoco son nada especial teniendo en cuenta los jamones que hay en España, y uno cocido), un plato de salchicha espectacular, y otros platos aptos tanto para picar como para quedarse a comer aquí. Tampoco hay que olvidarse de las ricas cervezas que ofrecen, algunas de pequeñas fábricas que no encontrarás en muchos sitios, así que recomiendo aprovechar la ocasión. Además, si te han gustado los productos, los puedes adquirir en su tienda.