Jekyll & Hyde

Me encanta la ambientación, la comida es rica (si bien no abundante) y accesible, cada tanto tienen promos según el día de tragos y platos. A veces hay artistas, y está bien ubicado para encarar para el Berlín o el río

Lo describiría como un defensor lirico hablanfo de futbol… y porque digo esto, pues porque se defiende muy bien en atencion y calidad pero despues de todo sigue siendo un defensor. Creo que si bien se come muy rico las porciones son muy chicas… el ambiente del lugar esta bueno, pero hay algo que no llega a decir wow !! Y la musica depende el dia jajaj. Los tragos son muy buenos… despues de todo es eso… un defensor lirico.

El otro día, después de ver a Gonzalo Aloras en el ECU fuimos a comer a Jekyll. Eramos 7, un viernes, 21 hs. Sin reserva. Y se nos armó lugar, no esperamos más que juntaran las mesas.
La moza nos tentó con unas caipis que estaban en Happy Hour (Manzana y Kiwi). Estaban alucinantes, frescas como para combatir el frío del invierno que se vino en Rosario. Tras muchas deliberaciones pedimos una tabla de fritos y 2 pizzas (de pollo a la crema y de rúcula).
Las pizzas 10 puntos. No eran wow que pizzas, pero bastantes ricas eran las dos. La tabla de fritos por otro lado tenía poco (muy poco) de todo. Venían rabas, aros de cebolla, milanesa, papas fritas, patitas de pollo (con hueso) y queso rebosado. Acompañado con BBQ, tártara y mostaza en potesitos. La mostaza no tenía nada que hacer en la tabla y así quedó intacta. Las rabas medias medias, capaz el rebozador que están usando. Pedimos también un par de jarras de cerveza para acompañar. No gastamos mucho, un precio razonable, 800 y pico en total.
En lo que respecta a la ambientación, estaban pasando películas en los teles (cosa que distrae y no suma en nada) y la música era media errática: pasaban muy buenos temas de los Yeah Yeah Yeahs, Dead Weather y por el estilo y después te enganchaban un lento bajón de REM. Sin intermedios, ni filtros. Habría que decidir que pasar y dejar la lista inimutable.

Es genial, sin darle demasiadas vueltas. Está ubicado a dos cuadras del Parque España y a media del icónico bar Berlín. El hecho que se situé en la esquina de una cortada tan emblemática de la ciudad hace que sea aún más pintoresco. Su aspecto rústico y ambiente taciturno invitan a cualquiera que quiera pasar un momento de buena cerveza con alguna de sus comidas realmente bien elaboradas. La carta es amplia, sus precios no lastiman el bolsillo y la atención es correcta.
Lo grandioso de este lugar pasa por su decoración. Como su nombre lo indica muestra un repertorio de objetos de tal especie: antiguas lámparas, cuadros, y algún que otro muñeco que evoca al doctor Jeckyll, o Mr Hyde (?). Es una antigua casa restaurada de manera impecable. Tiene un entrepiso muy bien medido que recorre el local sin invadirlo. Otra cosa característica de este tipo de lugares son sus techos abovedados de ladrillo. Bueno, me encantan. Suma más mística al lugar.
Sus horarios van de mañana a noche. Así que podemos disfrutar desde sus ricos desayunos pasando por sus almuerzos, cenas y alguna que otra cerveza.
De tanto en tanto hay músicos invitados y, ah me olvidaba, también tiene un subsuelo increíble que ofrece ciclos de lectura y poesía para hacerla completa.
Recomendadísimo lugar que llegó relativamente hace poco pero ya está marcando un hito en la ciudad.

Cada uno le da el uso que necesita, supongo que el mío coincide con el de los muchos acólitos que también van a Berlin (boliche rockero a unos metros).
La previa en J&H es inevitable, te pone en ambiente, muy buena música y linda gente. Cerveza y Pizza fue siempre mi menú, no pude salir de eso, pero cuentan los que fueron de día que además se come bien
.
Desde afuera parece una casa echada a menos o la sede de un partido de izquierda, pero adentro el lugar está bien decorado, con unas mesitas marrones un tanto amontonadas. Además uno se puede instalar en la barra, ese es mi estilo.
Estar amuchado en J&H no importa, no molesta, recordemos para que nos estamos preparando, es una previa es rock es cerveza fría, es charlar con amigos o conocer gente. Esa gente que vemos siempre, gente de miradas furtivas.
Cerveza a Precio, pizza también, una previa un escalón mas arriba que en un mini, pero vale cada centavo.
Compartí unas pizzas con el Filosofo Dario Sztajnszrajber cuando paso por Rosario a dar un seminario en la Facultad Libre de Rosario. Dijo que le gusto, pero viste como son los filósofos… anda a saber que significa.

Este lugar está buenísimo! Es algo así como la puerta de entrada al rock. Dentro de Rosario hay un circuito rockero infaltable y Jekyll and Hyde es la antepuerta.
Ubicada en una de las cortadas mas lindas de Rosario y con su ambientación medio cantina abatida por el tiempo, este bar se presta a todo. Por dentro la decoración se caracteriza por objetos antiguos, frascos viejos y cuadros con frases divertidisimas.
La mayoría de veces fui de noche y puedo decir que nunca me falló. La comida es muy rica y la sirven super rápido. Suelen tener menús del día, una vez me toco pollo al puerro con papas, estaba realmente muy sabroso.
Por lo general vamos entre amigos y pedimos pizzas, obviamente con cerveza, solemos elegir ese lugar porque el precio es muy bueno, nunca gastamos de más.
Queda en la esquina de Berlín, un bolichongo rockero, dicen por ahí que es del mismo dueño lo cuál puede ser sobre todo porque si haces la previa en Jekyll te dan free para Berlin, a las mujeres no nos condiciona porque entramos gratis, pero los hombre si pagan entrada y es medio elevadita, así que esta bueno pasar un ratito antes por allí, tomar algo y ganarte la entrada gratis a Berlin.
También tocan bandas y hay dj’s invitados lo cuál está bueno, pero esos días no vayan con ganas de charlotear con sus amigos o pareja porque será imposible, la música está realmente alta.
No tiene patio, por lo cuál a fumar a la vereda señores o a la placita que está en frente que es muy bonita.

No voy a ser imparcial acá: Jekyll & Hyde es uno de los mejores bares de Rosario. Situado a una cuadra del Parque España y a media del emblemático Berlin, es una opción siempre buena para almorzar o cenar, cualquier día de la semana. Pero como su nombre lo indica, es un lugar de doble personalidad: tranquilo y luminoso de día, ruidoso y bien pub de noche.
Jekyll & Hyde tiene muchos puntos a favor: una carta variada, comida rica, buenos precios. Tienen días específicos con promociones fijas, no sé si sigue siendo así, pero en una época era «Jueves de pastas free» y lo único que había que abonar era la salsa (totalmente recomendables, las pastas). También tienen una cantidad considerable de tragos, para los que no toman cerveza.
El lugar es pequeño pero tiene un entrepiso con algunas mesas más, y los fines de semana a la noche se habilita un sótano en el cual se puede disfrutar de diferentes shows desde música hasta humor, pagando el derecho a espectáculo. Lo que más me gusta del bar, además de la onda que tiene, es la ambientación: fiel a la naturaleza del Dr. Jekyll, el lugar está decorado con frascos de remedios viejos, botellas varias, publicidades antiguas de medicamentos y pastillas, más un montón de objetos viejos que no dejan lugar en las paredes para nada más.
Definitivamente, un lugar para conocer y volver.

Tal cual su nombre lo sugiere, Jeckyll tiene una doble cara. De día es un buen bar para almorzar, tomar un café mientras leés los diarios o charlás con un amigo. Es también de esos lugares de mini reuniones de trabajo. Es tranquilo, cómodo y luminoso.
Pero al caer el sol, sale Mr. Hyde a copar el bar y se transforma. Cuna y nido para artistas rosarinos, su máxima expresión son las noches de los martes con Ciclotimia, un espacio para la reunión del cine, música y pintura en vivo y lecturas de poesías.
Además, los fines de semana hay teatro en el subsuelo.
La carta de Jackyll es bastante variada: comida rápida y platos elaborados. Siempre es bueno preguntar por la sugerencia o menú del día porque suele ser un plato abundante y muy rico. El risoto, por ejemplo, es un manjar y si la cena no es exigente, las pizzas son bárbaras. Todo siempre regado de cerveza, vinos o tragos que salen muy buenos también.
El bar fue un espacio emblemático para la redenominación del Pasaje Zavalla por Pasaje Fabricio Simeoni, ya que «el rengo» era un habitué de la cortada.
Jekyll and Hyde es un lugar ideal para juntarse a cenar con amigos porque siempre queda cerca, de paso, porque se come bien, el ambiente es amistoso y la atención es buena.