En una conversación de amigos escuché al pasar a uno recomendando un bar para que festeje ahí su cumpleaños. Yo no lo conocía ni de nombre hasta ese momento. Le comentaron que podés reservar, para ir a comer y que tienen una oferta gastronómica muy buena. Me dio curiosidad y fui con una amiga. Y efectivamente, la comida es buenísima, comimos una tabla con fiambres, rabas, milanesas, salames y cazuelas que estaban increíbles. Pero lo que se lleva todos los premios y aplausos son los tragos, que vienen presentados excelente, y lo más importante deliciosos. El lugar está muy bien ambientado, casi en su totalidad con revestimientos de madera en sus muros, techos y parte del piso. La barra es hermosa, con sillas que en sus respaldos llevan imágenes de músicos nacionales. Está bueno para grupos grandes, te arman mesas largas si reservas con tiempo.