Sócrates

El lugar no es feo, pero es bastante caro para lo que ofrece, realmente en la zona hay mejores ofertas, lo unico que como esta en la esquina de la Facultad de Filosofia y Letras, tiene practicmante un publico cautivo.
El lugar es vistoso y cuidado, pero los precios no son nada amigables… la mayoria de la gente se toma un café aqui, pica algo, pero poco mas… aunque el estar en Goyena hace que sea practicamante de paso obligado mas tarde o mas temprano.
Sole aceptan efectivo para colmo, es decir platos caros y efectivo… mala combinacion…

Una cafetería/​restaurant que tiene variedad de opciones, a precios moderados y que cumple su función para cuando uno quiere ir a tomar un café y charlar, pero no es un lugar de ensueño. Está ubicado cerca de la facultad, por lo que a veces se convierte en lugar de encuentro para los estudiantes, aunque no siempre pues no es un lugar tan económico. Destaco una funcionalidad agregada: un control para llamar al mozo (una cajita con botones), que parece una innovación moderna y le da un toque distinto.

La comida bien, aunque un poco caro. Ha sido totalmente renovado hace unos años lo que dio impulso a la zona ya que otros copiaron la iniciativa. Una gran contra es la imposibilidad de pagar con cualquier tipo de tarjetas. Un lugar de ese nivel no puede permitirse esas berretadas!

Un clásico de caballito. Se come muy bien, un poco caro considerando q sólo puede pagarse en efectivo.

La comida y los platos pueden ser ricos, pero los precios no tienen sentido. Todo es demasiado formal y le hacen usar unos brazaletes a los mozos como si fueran esclavos.

Otro clásico de la zona. está en la esquina de Puán por lo que suele ser lugar de encuentro de estudiante de finales, de exámenes orales, o de entrega de monografías en seminarios.
Es claro que se llama Sócrates en clara alusión a su cercanía con la Univ. de Filosofía y Letras. Los precios son los que se manejan en cualquier cafetería de la zona, convengamos que Pedro Goyena es una de las Avenidas de Caballito denominadas «zona bien»…

Para los que estudiamos y trabajamos en la Facultad de Filosofía y Letras, Sócrates representa la opción más «seria» de la zona. Sin embargo, los precios son demasiado altos y la mayor contra es la imposibilidad de pagar con tarjeta. KEEE? Sí, en pleno Caballito cheto solo podés pagar con efectivo (una vez me tuve que ir corriendo a un cajero porque me quede sin billetes). Más allá de las contras, el lugar está bastante bien, es amplio, tiene dos pisos (en el primero tenés una zona bastante tranquila como para leer), un par de teles para ver partidos y un excelente tostado de jamón y queso.

A mi parecer, los precios son muy elevados, sin coherencia en relación a los platos. La atención es muy mala, tardaron 30m (literalmente) en atenderme, otros 30m en traerme el pedido, y finalmente la comida se encontraba fría. El trato del camarero hacia mí fue de deplorable, atendía de mala gana y al llamarlo fingía no verme para no acercarse a la mesa. Dentro del lugar habían moscas. No obstante, lo único positivo es la ambientación (parece acogedor) y las mesas q se encuentran afuera.

Emblemático café del barrio de Caballito. La atención es normal y los precios son un tanto elevados aunque los platos son abundantes. El único gran detalle es que solo aceptan efectivo lo cual lo hace un lugar que no está en lo más considerado a la hora de ir. También hay mesas en la vereda.

Tenés la opción de sentarte en la vereda o adentro del local. Cuenta con dos pisos.
Nos sentamos en el sector de los sillones. Me gusto la iluminación, la música y el ambiente.
Pedimos 2 medialunas, un tostado y dos cortados en jarrito $ 111

Nunca voy a Sócrates de motu propio. El lugar está cerca del colegio y termino yendo en grupo con otras madres.
Los precios son normales, y ni la atención ni el menú, descollan por lo bueno.
Tiene bastantes mesas adentro y afuera, con lo que se consigue lugar casi siempre. Otra cualidad es que está abierto hasta bastante tarde.
Tiene los típicos platos de restaurant sin pretensiones; milanesas, pastas, etc.
Caballito tiene opciones mejores, definitivamente.

A tan sólo media cuadra de la Facultad de Filosofía y Letras, Sócrates tiene más que ver con el habitante acomodado de Caballito que con el estudiante de humanidades. Como puede esperarse, los precios son altos, pero la calidad y tamaño de los platos están por encima de la media porteña. Hay que destacar el sándwich de lomito completo, con su abundante guarnición de papas fritas, y el tostado de jamón y queso, uno de los mejores que probé en la ciudad.
Dejando de lado la comida, Sócrates no tiene mucho para destacar desde la atención o ambientación. Por momentos, de hecho, puede ser bastante ruidoso y poco hospitalario. Lo peor que tiene es que sólo se puede pagar en efectivo, algo bastante insólito para los precios y el perfil de cliente que manejan. De no ser por estas cosas, casi seguro que tendría una o dos estrellas más.

Ubicado en la esquina de la Facultad de Filosofía y Letras, este café muy bien renovado, a pesar de su nombre, tiene mas que ver con la gente que vive en la coqueta avenida Pedro Goyena que con los estudiantes de filosofia.
Unos de los pocos lugares que estan sobre dicha avenida se caracteriza por ser un lindo lugar para tomar un café en las mesas ubicadas sobre la calle. El precio es caro y en efectivo y no tiene mucho para decir sobre la calidad de sus comidas mas alla de que no estan mal.

Si esperan que los mozos sean atentos y buena onda, este lugar no es el ideal. Si quieren un espacio grande (con 1er piso siempre abierto), donde haya buena conexión a internet y sea cómodo para leer, estudiar, trabajar, entonces vengan.

Sócrates está en la esquina de la Facultad de Filosofía y Letras, pero, a diferencia del resto de los bares y cafés que la rodean, su público no se reduce a los estudiantes de la facultad. De hecho, pareciera ser bastante popular entre los vecinos de la zona.
A mí me encanta porque soy fumadora y tiene un sector de mesas en la vereda que ocupa toda la esquina y que está cubierto por un toldo con calefacción en invierno. Cada mesa de este sector tiene un botón para llamar a los mozos por si acaso no te ven. Siempre me atendieron muy bien.
Como en general voy por la tarde, del menú no probé más que el café y una buena cantidad de medialunas –todo muy bien-​, pero tienen muchísimas opciones más, incluso para almorzar o cenar.
El único punto en contra lo pondría en el pago: los precios son bastante elevados (sobre todo en comparación con la oferta de la zona) y sólo aceptan efectivo.

A pesar de haber sido bautizado así por su cercanía con la Facultad de Filosofía y Letras, este café/​restaurant no es el más popular entre los estudiantes, aunque sí es posible que se encuentren algunos de los profesores de vez en cuando.
La razón es bastante obvia: los precios. Así es como la clientela suele estar formada más por vecinos del barrio que por gente de la facultad, aunque su constante tránsito por las veredas es uno de los principales espectáculos.
El bar tiene una calidad bastante buena en cuanto café y medialunas, así como tostados, uno de sus puntos más fuertes. Aunque nunca cené allí, nunca faltan las pizzas en las mesas a partir de las 9. La carta es bastante completa.
Las mesas de las veredas están protegidas por un toldo, incluso cuentan con radiadores para poder disfrutarlas todo el año.

Soy fanática del tostado de jamón, queso y tomate bien hecho. Pero el problema es que si bien parece algo bastante sencillo, suelen hacerlo mal. Bueno, en Sócrates lo hacen perfecto.
Ubicado a pocos metros de la Facultad de Filosofía y Letras (lo cuál explica el nombre), es el café de la zona menos concurrido por los alumnos y profesores. La razón es sencilla: los precios. Si uno se sienta en Sócrates tiene que estar dispuesto a pagar caro, y en efectivo.
El público es la gente pudiente de la zona. En la puerta se suelen ver autos de alta gama y en las mesas se pueden escuchar charlas en las que se mencionan cifras desorbitantes.
La comida es buena, sobre todo las hamburguesas (y el tostado que ya mencioné, claro) y la atención es mala. La ambientación es correcta aunque con algunos desaciertos. Un tip: te dejan pasar al baño sin consumir nada, lo cual considerando la cercanía con la facultad, se vuelve importante.