El día estaba increíblemente soleado por lo cual mi prioridad no era el menú sino una mesa al sol. Así llegué a Lo de Carlitos. Hicimos el pedido y justo leí el consejo o reseña de un antecesor y me quise matar al leer que sólo aceptaban efectivo. Y así fue. Llegamos justo a pagar en efectivo. El lugar lindo y limpio, el menú super extenso de opciones, mi plato estaba riquísimo y bien. El de mi amiga que pidió con masa de espinaca fue mucho más pequeño y pobre. Me quedé con la imagen de panqueques de Carlitos de Gesell(que ya sé que no es más el dueño que ya es franquicia) pero las franquicias de Urquiza y la de Talcahuano y Sarmiento fueron mucho mejores en tamaño y sabor.
Flavia C.
Place rating: 3 Recoleta, Buenos Aires, Argentina
Si andas con poco tiempo pero queres comer algo potente y sin TACC /libre de gluten en la zona de San Telmo, pero sin destinarle un presupuesto, Carlitos es la mejor opción. La ambientación es austera pero aprecio el menú especial para Celíacos con opciones variadas como para salir rodando contento o llenito pero tranqui para seguir la jornada.
Anne C.
Place rating: 3 Buenos Aires, Argentina
Ni fu, ni fa. Es como que Lo de Carlitos dejo de ser ese lugar raro para convertirse en otra de las cadenas de comidas que hay. Si bien la propuesta es otra, entiéndase como panqueques — lomitos — café — etc, no deja de ser otro local de sus muchos. Este en particular esta en el corazón de San Telmo. Debo decir que siempre pase pero nunca me llamo(esta en una cuadra donde hay local, tras local, tras local), pero era domingo por la tarde y no teníamos ganas de empezar con una birra así que optamos por un panqueque + café y submarino. De la comida, es la que hablamos siempre. No pasa de un panqueque con, en este caso, crema y frutillas. OBVIO, ¿si es un simple panqueque porque no te lo cocinas vos? porque no hay ganas vio? Y para mi, hay demasiadas opciones, demasiadas que no llegas a leer todas. Te terminas tirando por los básicos. Después el café hirviendo, quemado y al que tuve que ponerle azúcar ya que no era una cosa rica *emoti corazón roto*. El submarno, leche hirviendo. La atención es miti-miti, si bien era mala a nada después nos atendió una chica demasiado amable y copada, así que ella si se gano la propina. Soy turra con eso, en otra vida seguro fui mesera y sufrí. Las instalaciones, bleh. Mesas afuera y adentro, si bien había tele, serán de 24 pulgadas, cada una pasaba algo distinto: fútbol, noticias, películas sin sonido así que era lo mismo que nada, pero por dior, la música. Horrible. OJO, hay gustos, pero a mi me alejas si me pones Ricky Martín, Axel o eso. Prefiero la teve. AH, los baños dejan bastante que desear, muy descuidados. TIP: abierto findes de semana y feriados«todo el día» así que para zafar va.
Pablo C.
Place rating: 4 Buenos Aires, Argentina
El legado de Carlitos de Villa Gesell está subdividido en varias cadenas que explotan su nombre por peleas de sus herederos, algo similar a lo que ocurre con las pizzerías Los Inmortales, con leves variaciones en el nombre uno puede pensar que son de los mismos dueños, pero no. Esta sucursal de Carlitos está en una de las cuadras más lindas de San Telmo. La verdad que estuvo todo muy bien: el lomito rico, con la carne bien suave, no habia que tironear fibras para comerlo, era grande y los toppings que pedí vinieron generosos. El licuado estaba riquísimo con las mismas proporciones de fruta y azúcar que le hubiera puesto yo en mi casa, y para coronar no podía faltar un panqueque, que la masa estaba rica, el dulce de leche era bueno y SI, PORFIN! no era repostero, ODIO ese invento asqueroso del dulce de leche repostero, deberían prohibirlo. Acá existe cordura y respeto por el dulce argento por excelencia. Me había olvidado, las papas fritas me gustaron mucho, no eran McCain gracias a Dios y bastante ricas. En fin, casi que no tengo nada malo que decir excepto que no aceptan tarjetas. Me está inflando bastante que cada vez menos lugares acepten tarjetas, les gustará tener mucho efectivo para entregar si los asaltan, y evadir un lindo 21% de IVA que a vos te lo cobran. Todo muy tercermundismo. En fin.