En mi época de estudiante, cuando mis amigos y yo teníamos menos dinero del que tenemos actualmente y se acercaban las fiestas, hacíamos cenas navideñas/de fin de año en grupo y juntábamos plata entre todos para prepararla, aunque una de las cosas que nos salvaba la vida y nos ahorraba mucho tiempo era comprar uno o dos pollos enteros(según cuántos éramos) en este lugar. Esto era ideal no solo por sus precios supereconómicos, sino porque nos hacían delivery hasta Palermo, aunque no estuviera en su área de reparto, por una pequeña diferencia nos alcanzaban el pollo con papas y ensalada a casa. Muy buena la comida y la atención, considerando las fechas tan cercanas a las fiestas en las que hacíamos los pedidos, nos volvimos fanáticos del Inka. :) Actualmente hay más sucursales( ), pero bueno, esos son otros mundos.