Bar Retro

El Bar Retro y el Bar Yrigoyen casi ya son el mismo. Vecinos pegados, con precios similares y tan parecidos que uno nunca sabe en cual está sentado hasta que mira la silla donde está sentado/​a (azul en Retro, roja en Yrigoyen).
Es realmente barato. Ayer mismo fui con dos amigos y por una consumición que incluía una hamburguesa completa, un sándwich de lomito completo, una pizza individual y dos cervezas de litro pagamos menos de $ 150.
Para comer, bien sencillo: pizzas, empanadas, hamburguesas, sándwiches de lomito y de pollo; opciones simples y económicas pensadas sobre todo para el que está de paso, se le hizo tarde y no tiene donde comer.
Adentro el lugar no es feo; más bien clásico, con paredes de ladrillo y poco más. Pero tan seguido se llenan las mesas de la vereda que no sólo nunca hay nadie en el interior, sino que incluso suelen despoblarlo de mesas para trasladarlas afuera y aumentar así la capacidad.
Lo mejor del lugar, sin dudas, es la ecuación lugar-​disponibilidad. Es que el mejor plan para este bar que suele abrir hasta últimas horas de la noche casi todos los días, es llegar con amigos y hambre, ocupar alguna de las mesas sobre la vereda, comer algo rápido y quedarse horas conversando y tomando cerveza con la Plaza Congreso como vista.

Bar Retro queda al lado, pegado de Bar Yrigoyen. Cuando llegas cuesta decidir en donde te sentas y son tan parecidos y del mismo estilo y rango de precios que terminas decidiendo por el que tenga menos gente.
Es lindo, es tranquilo, es bueno para el paso. Lo conocí hace mucho, pero un martes a la noche que veníamos de festejar con amigos y a las dos de la mañana nos pidieron de irnos de otro bar porque ya cerraban (claro, era martes) descubrí que Bar Retro seguía abierto y nos quedamos ahí hasta las 4 de la mañana tomando birra. Ahí le tome cariño.
Me gusta este bar. La moza que nos atendió la última vez era una copada y eso siempre suma.