El Porton de Sanchez

Fui al lugar con la necesitad de visitar un poco de esa magia que tiene el teatro independiente o conocido como off. Cuando llegué al portón, como está detallada en su nombre, había muchos papeles con todas las obras y las actividades.
Ya dentro había una música, que hacíà la bienvenida mas amable. Me llamó mucho la atención las escaleras, siempre me pregunto a donde llevan.
Unos minutos después de la cita programada dieron sala. Me encantan los gestos del teatro cuando la misma persona que cobra las entradas, corta boletos y de paso hace el pedido, casi imperioso de apagar el celular.
La obra (La Varsovia) llena todos los sentidos, me gusta hacer salidas en busca de estas experiencias, con historias que se comprometan con temas que tocan la raíz de la sociedad y recreadas por cuerpos, voces y toques escenográficos. Con todos los recursos que brinda esta actividad humana.
Quiero agradecer a los actores y a todos los que trabajaron para esta función del 14/​8, porque pasé un cumpleaños con una noche muy feliz.

Hacía rato conocía de nombre este teatro pero nunca había tenido ocasión de visitarlo. El sábado pasado me tocó recorrerlo y realmente no me decepcionó.
Fuimos a ver la obra «Lup-​Dub» de danza-​teatro con unas compañeras de cursada.
Como su nombre lo indica, por fuera es un gran portón plagado de pósters anunciando las obras, quizás algo sombrío –una lucecita más intensa no vendría nada mal, tratándose de la entrada del lugar-​, de manera que pasa bastante desapercibido. Puede resultar extraño, pero para ingresar es necesario tocar timbre para que te abran la puerta. Una vez adentro, hay una recepción para esperar la función e ir adentrándose en el clima de la obra. Para mi felicidad, esta sala es una de las tantas que distribuye el periódico mensual recomendador de espectáculos «Planeando sobre Bue», del que soy fanática acérrima.
Se trata de una sala teatral independiente que mantiene un ambiente intimista, para unos pocos.
El ambiente es tan «personalizado» que al terminar nos quedamos discutiendo la obra con la directora Roxana Grinstein en las mesitas del teatro. Eso sí: no estaba abierto el servicio de bar, así que si tu intención es tomar un cafecito a la salida quizás tengas que rumbear para otro lado (o averiguar si está funcionando ese día).
Lo bueno es que podés reservar las entradas sin necesidad de tener/​usar tarjeta de crédito, ya que basta con un simple mail o llamada telefónica para que te guarden la butaca.

El Portón de Sánchez es de esas salas de teatro pequeñas (que no dejan de ser confortables) que podemos encontrar en la ciudad de Buenos Aires.
Inaugurada en el 2000 por la coreógrafa y directora Roxana Grinstein y el actor y director Roberto Castro, surgió con el objetivo de dar un espacio de intercambio cultural.
Cuenta siempre con una programación de obras teatrales ricas en diversidad, que nos permite ver siempre no menos de siete obras distintas de miércoles a domingos por la noche.
Para los amantes de la danza, además pueden tomarse clases de contemporáneo, jazz y clásico con los docentes que allí trabajan, catalogados como los mejores de la ciudad en esa materia; al mismo tiempo que ofrece la posibilidad de realizar talleres de formación y entrenamiento actoral.
Tratándose de una sala de teatro y danza independiente, tanto las clases como las entradas a los espectáculos son a un precio más que accesible, e incluso se puede obtener descuento presentando libreta universitaria.
Tuve la fortuna de ver hace dos semanas Salvaje con Laura Kalauz, Ignacio Sánchez Mestre y Jair Jesús Toledo (bajo dirección de la propia Laura), una obra catalogada como performática, que nace de la voluntad de entender y reflexionar sobre el ser contemporáneo. Y créanme que es excepcional.
De esa manera, atípica y multicultural, es la forma de hacer arte que se puede encontrar en El Portón de Sánchez, convirtiéndolo en un lugar de referencia nacional e internacional para el escenario.

Para los que hacemos danza contemporánea y además de tomar clases nos gusta ver obras que la incorporen, el Portón de Sánchez es un lugar sagrado.
Pertenece a la conocida coreógrafa Roxana Grinstein (directora actual de la Compañía del IUNA) y se nota su toque por todos lados. La programación, los talleres y los docentes que allí trabajan son los mejores de la ciudad en materia de danza. Si alguien te pregnta por un lugar donde hacer alguna de estas cosas, el Portón es una de las respuestas esperadas.
Como toda sala de teatro y danza independiente, las entradas a los espectáculos y las clases están a un precio más que accesible, no se puede comparar con los teatros más comerciales ni las academias de danza más conocidas.