Tancat

La comida rica como siempre. El tema fue el mozo que nos hizo pasar una noche no han agradable. Al solicitarles que envuelva lo que sobro (ya que pedimos bastante de más) cambio su cálida actitud a directamente dejarnos sin atender durante 30 minutos. Y cuando volvió ya bordeó el maltrato. Una lastima ya que opaco el buen lugar donde está trabajado.

Cliente frecuente de este gran restó de zona norte. Excelente atención, sublime ambiente.
Platos abundantes, precios acordes.
Siempre recomendable

Vine con mucho prejuicio porque conozco la cocina española y me gusta mucho.
Quiero volver a probar más especialidades. Comimos frutos de mar a la pancha y gambas al ajillo. Todo en su punto, bien condimentado y fresco –miren la fotos-​. Los postres típicos (natilla y crema catalana) son caseros, se nota.
Bebidas sin alcohol, plato y postre + cubierto=300pesos por persona.
Los mozos muy atentos y el ambiente tranquilo. Tiene estacionamiento propio.

Restoran de comida española.
Estacionamiento propio
Tiene tarjeta
Es un toque caro
Muy buena ambientación
Mozos muy atentos
Toma reserva
Mucho pescado en el menú
Gran tortilla de papa
No es un poema jaja, tancat es un gran lugar

Me tomé dos semanas para escribir esta reseña así que voy a empezar por lo bueno.
De la cocina salían platos servidos bien a lo gallego generoso que pintaban muy buenos. La tortilla parecía tener aureola.
La atención del barman de lujo y en la barra buena onda con los mozos que sacaban sidra (tirada) como agua a un sobreviviente del desierto del Sahara.
La carta de vinos variada, los vinos normales muy caros sugiero estirarse un poquito para obtener mejor relación calidad-​precio (ahí se empieza a poner salado).
Ahora lo malo.
La comida normal por lo que probé (hago un paréntesis para unas setas con jamón crudo que pedí en la barra que estaban buenas). El plato (salmón con verduras) nada fuera de lo normal.
Llegamos sin reserva y sin ganas de imponer nada. Estaba todo ocupado y reservado. Las recepcionistas nos dan una tarjeta para llamar y reservar y quedamos en que llamábamos. Una de las recepcionistas que terminó siendo la dueña del lugar nos dijo que una mesa ya había pedido la cuenta y que si esperábamos 15 mins nos la preparaban. Fuimos a la barra y pedimos el vino y las setas. Pasaron 40 mins con la mejor onda del barman y la recepcionista que iba y venía y no nos decía nada hasta que con buena onda le pregunté si se habían olvidado de nosotros. De manera grosera me dijo que no podía hacer nada con toda la gente que había. 10 mins después viene la otra recepcionista que es la dueña y nos pide disculpas por ¡¡¡haber dado nuestra mesa por error!!! Le comenté lo de la recepcionista y nos pide disculpas también por que es medio «secota». Nos dan una mesa que se había desocupado.
Mi novia pide unas brochettes de salmón y le dicen que no hay cuando yo me pido un salmón con verduras, no era tan complicado armar una brochette pero se ve que el que las prepara se tuvo que ir a buscar la atención al cliente.
Pedí una crema catalana sólo para sacarme el gusto de probar algo español. Una crema insulsa, tanto que el único gusto que sentí fue el del caramelo arriba. Frustración total.
A la hora de la cuenta le decimos al mozo si había descuento con club la nación y dice que los sábados no hay. Me metí en la página porque sonaba raro y resultaba ser que si había un 10% de dto los sábados en eventos especiales (que la página no se dignaba en detallar en los legales). Me trae la cuenta al mozo y le hago notar que estaba publicado el dto. Es entonces que se presenta como la dueñà la recepcionista y me intenta explicar que tenían problemas con el dto de club la nación y que habían pedido que lo sacarán de la página. Nos dice que nos iban a hacer una atención.
La única atención que recibimos fue sólo cuando nos dieron la tarjeta y la que nos brindó el barman, el resto un desastre. El mozo de la mesa ni siquiera estaba al tanto de nuestra espera (vale decir que trajo la botella de vino de la barra a la mesa y estaba casi vacía, si sumaba 2 + 2 se daba cuenta de que estábamos hacía mucho tiempo). Hasta el café que tuve que pedir para bajar el invento de crema catalana me cobraron. Miserables.
Encima en la carta hay una hermosa página que habla de que les hagamos saber de cualquier inconveniente para poder ellos solucionarlo. Hipócritas.
Había ido con la intención de probar el pulpo y varios platos tradicionales más. Por el maltrato sufrido no probé nada, casi me voy dos veces y no voy a volver más.
Obviamente estaba lleno el lugar y con gente esperando. Estoy cansado de los lugares que por renombre te tratan como si te estuvieran haciendo un favor. En una época un lugar lleno indicaba su alta calidad ahora sólo muestra que nos gusta dejar que nos tomen el pelo. Espero que la mentalidad cambie y empecemos a tener una gastronomía con un poquito más de cordialidad e interés para con el cliente. Sinceramente me quedé muy decepcionado.

De los únicos platos que puedo opinar en mi vida es de la cocina española, he ido a innumerables centros sociales españoles, clubs y demás, sin contar las comilonas familiares y esta vez iba a ir al restaurant «top» de zona norte especialista en la materia.
Vamos primero por la atención. Fuimos sin reservar, mala nuestra porque el lugar estaba lleno y las pocas mesas vacías estaban reservadas. Le pedimos el número de teléfono a las chicas de recepción para llamar e ir otro día con reserva, a lo cual las chicas muy amablemente nos ofrecieron esperar en la barra por una mesa que ya había pedido la cuenta y que no tardarían más 15 minutos. Imagínense, era todo felicidad, la cual se fué diluyendo a medida que pasaban los minutos y no se desocupaba la mesa. A los 40 minutos –nadie puede decir que no fuimos pacientes– consultamos a una de las chicas de recepción por nuestra mesa quien, perdió toda al amabilidad y nos dijo «que hacien lo que podían». A los 55 minutos, luego de disculpas por parte de la otra recepcionista, llegó la mesa.
En medio de esto, pasemos a la comida, mientras esperábamos comimos una entrada de setas rellenas que estaban muy ricas. De principal pedí una ternera con arroz, la ternera estaba dura el arroz era rico, ojo sin ser desopilante, pero estaba bien. Mi primera opción, eran unas brochettes de salmón que no tenían. De postre, una crema catalana, estaba rica, pero se notaba que hacía mucho que estaba en heladera y me pareció desabrida. Aparentemente el fuerte del lugar es la tortilla de papas, que no llegué a probar pero es generosa y salía mucho.
Los precios muy caros, por supuesto. Para finalizar la experiencia, solicitamos un descuento que estaba en la página de club la nacion y, si bien le mostramos la página donde constaba, nos dijeron que no estaba vigente, que tenían problemas con esa publicación y que ese día, sábado, no se hacía el descuento. Por supuesto que no nos hicieron ningún descuento, ni atención ni nada y es un lugar al cual no planeo volver.

La verdad es q el. lugar en si está bueno pero siempre hay q esperar xq está lleno!
La decoración y la. ubicación de las mesas esta muy bueno xq t da privacidad!
El.problema es q con tanta gente la atención no es nuy buena!
Bastante caro!

La tortilla española babé merece simplemente la visita. El precio es tirando a alto, pero si piden una entrada como la tortilla o las patatas bravas el siguiente plato se puede compartir y luego pedir un postre. Fines de semana hay que reservar. Arriba hay más lugar pero también se llena.
El pollo al ajillo es muy recomendable. La crema catalana también

Comimos mal la tortilla mediocre. Las rabas duras ellos dicen q son las mejores del país. Y las gambas ínsulas. No recomendable