Parque de Benicalap

Parque de 40 años que no envejece. Esta limpio y ojo, se cierra por las noches.
Están todos los servicios: zona de picnic, columpios, grandes explanadas, cesped, amplios pasillos, zona deportiva, fuentes con agua, zonas de juegos…
Se puede correr por dentro o pasar corriendo perfectamente. Las partes peatonales dentro del parque son amplias.
No esta masificado y esta bastante cuidado.
Recomendable para la familia con niños. Hay incluso unas mesas de cemento para jugar al pingpong y pasear por dentro para recorrer todas las zonas puede llevar un rato.

Sin duda es un parque mágico. Tiene ese encanto que es imposible describir con palabras, hay que vivirlo. Aun así voy a intentar describirlo.
El parque tiene unos 30 años y es enorme. Al estar ubicado en una zona de gran diversidad, te encuentras en el parque a todo tipo de personas.
Tiene una zona de picnic con mesas donde se organizan cumpleaños para niños. Los padres lo decoran con globos y todo tipo de accesorios, y queda chulísimo. Hoy he visto hasta una piñata ahí. Me parece una idea estupenda para celebrar el cumpleaños de tus hijos: están rodeados de muros y por tanto protegidos, con numerosos entretenimientos y mucho espacio para correr, disfrutar…
Al lado tiene una amplia zona con toboganes. Es un lugar ideal para los niños (y no tan niños). Las instalaciones no son del todo nuevas, pero nunca he visto nada roto.
Tiene numerosas zonas verdes donde se puede disfrutar del sol y de la naturaleza en general. Al estar prohibidos los animales te puedes tumbar en el césped sin miedo de estar tumbado sobre excrementos.
En verano tiene una gran piscina abierta todos los días. Ahora se ha puesto de moda también los toboganes acuáticos, así que está llena de diversión. Además tiene zona deportiva: pistas de tenis, pista de frontón, campo de fútbol y campo de baloncesto. Las pistas de tenis son bastante económicas, sobre todo si te haces socio de ahí. Si no recuerdo mal rondaban hace un tiempo los 5 €/​h, y siendo socio, creo que la mitad.
Este año también han puesto una decena de máquinas al aire libre. Ideales para estirar si has estado haciendo deporte. Casi se me olvida mencionar las mesas de ping-​pong, campo para la petanca y un escenario.
Tiene además una especie de cascada muy bonita, y mucho espacio para hacer running (aunque hay que dar muchas vueltas para recorrer una distancia considerable). Hay una cafetería, pero no puedo decir mucho de ella, pues nunca me he acercado.
En fin, como podéis ver, es un parque completísimo y está muy bien cuidado. Siempre está limpio y lo cierran por las noches. Un lugar ideal donde pasar los días.

Este parque me encanta.
Recuerdo unas fotos muy chulas que me hicieron de pequeñita. De mis favoritas.
Ideal para pasear, jugar, hacer humanas, o hacerse un book fotográfico en una cascada con arbolitos o en un parque infantil, quedan muy graciosas.
El anfiteatro para actos es bastante grande y yo he ido a presentaciones falleras del sector benicalap-​campanar.
Lo único que veo que alguna zona están descuidadas, como el final del parque con los bancos de azulejos valencianos. Esta echa polvo esta zona, es una pena porque es preciosa.

Nos encanta este parque, amplio, vegetación frondosa, puentes, pasadizos, cientos de espacios diferentes, toboganes,… un parque que por lo visto anteriormente era un campo de naranjos y mucho mas extenso que el de ayora que es mucho más intimo y cerrado, y tan bien cuidado como el parque de la rambleta, que es casi tan amplio pero con muchos menos accesorios.
Fijaos que algo tan simple como una rampa de cemento pulido, pueda reunir alrededor tal cantidad de niños. :D Es super divertido !
Un parque al que volveremos sin duda.

Hay dos parques infantiles con un gran arenero incluido y mucha vegetación. Muy chulo el jardin al estilo árabe y una rosaleda espectacular. En verano tiene una piscina enorme que es municipal. Pero sigo pensando que el parque público más divertido para los niños es el de La Rambleta.

Situado en el barrio de Benicalap, con gran cantidad de metros cuadrados y tres puertas de entrada y salida. Este parque tiene unos treinta años y antiguamente, según mi abuelo, era una extensión de campo de naranjos.
Es lugar emblemático para las fotografías de la comunión de los niños de la zona (espero que para las bodas no lo sea, quedaría algo cutre);en su anfiteatro, el colegio Argos celebra desde siempre sus bailes de fin de curso y cuando llega el verano, las piscinas y zonas deportivas están bastante transitadas, aunque no siempre de muy buen ambiente.
Un detalle, tiene una cascada que desde que era niña me ha llamado la atención, aunque hace muchos años que no voy por allí, mi abuelo (asiste a diario a su encuentro con el parque) me continúa contando como de bonito está.

Pensar en este parque es ver pasar toda mi infancia por mi cabeza en forma de presentación de diapositivas en Power Point (con la diferencia de que no hay cortinilla de estrella). Y es que el Parque de Benicalap ha sido mi lugar de reunión, distracción y diversión durante muchos años.
Allí me llevaban mis padres y mis hermanas mayores cuando era pequeñita. Yo jugaba en el tobogán, en los columpios o, cuando me atrevía, decidía tirarme por la rampa. Entonces, esta me parecía tan alta y tan grande como un rascacielos. Pensaba que nunca alcanzaría subirla. Pero, ahí estaba intentándolo cada día; hacíamos cadenas mis amigas y yo, a veces utilizábamos los patines y nos tirábamos. Ya podéis imaginar la de veces que he tenido que levantarme del suelo.
Me gustaba mucho la casa de madera, llamada (no sé si por todo el mundo o sólo por la gente de mi entorno) la casa de Tarzán.
También me encantaba ir a pasear con mis padres porque nos metíamos por todos los escondrijos verdes y veíamos como las cataratas dejaban fluir el agua. Solía ser el plan de los domingos.
Allí aprendí a ir en bicicleta. Es un parque tan espacioso que da lugar a ello.
Además, tiene la piscina dentro del parque y en época veraniega era nuestro lugar. Ahí estábamos a todas horas. Hace muchos años en la piscina pequeña, luego en la mediana y ahora, aunque toco un poco apurada, en la grande para intentar llegar a la isla.
La de vivencias que tengo en esa piscina con atracos y todo (esta anécdota no me hace mucha gracia pero es la realidad).
Ahora, hace tiempo que no voy para disfrutar yo tirándome por la rampa del parque o para aprender a ir en bicicleta pero, disfruto viendo a mis sobrinos haciéndolo. Y es que tienen el cole justo al lado y de camino a casa hay parada obligatoria para desenfrenarse en el Parque de Benicalap.
Además, aprovechamos que tienen merenderos para celebrar sus cumples cuando hace buen tiempo.
Es un parque grande donde poder disfrutar cualquier persona independientemente de su edad porque lo mismo puedes pasear, que ver un partido de fútbol del equipo Benicalap, que jugar por los columpios o sentarte a charrar.
Es un parque que da pie a todo. Y más ahora que con el tiempo la seguridad y la vigilancia ha aumentado.

Éste es otro de los parques a los que me encanta ir si me apetece salir un poco de mi zona, coger un autobús y pasármelo genial en un lugar agradable y divertido con mi hijo o con otros nenes, como alguna vez se han venido también con nosotros los hijos de una amiga.
Es grande y amplio, muy parecido al de Ayora en algunas cosas, pero mucho más inmenso y completo.
Ubicado en Valencia, pero haciendo frontera casi casi con Burjassot (desde el propio parque se ve el edificio CREA, que pertenece ya a este pueblo), este parque grande, alegre, y con muchísimos árboles y zonas verdes es un lugar con muchas atracciones para los niños, como fuertes con diferentes toboganes (hay uno que es de tubo, y a mi hijo le encanta), casitas de madera para hacer juegos de arena en ellos, o pistas de monopatín, las cuales son usadas también como toboganes por la mayor parte de los niños (incluido el mío, por supuesto).
Este parque no tiene columpios, lo cual es otra cosa que me inspira más confianza aún para llevar allí a mi hijo, ya que en más de una ocasión he estado a punto de llevarme algún disgusto con mi hijo por culpa de los columpios (aunque hasta ahora nunca ha pasado nada, gracias a Dios).
Y bueno, además de la preciosidad natural de sus árboles y plantas, de la alegría de sus juegos infantiles, de la gran cantidad de niños que suelen visitarlo (eso sí, cuidadito, que hay algunos muy peleones; ¡mi hijo y sus amigos lo comprobaron una vez!) y de los banquitos merenderos, este jardín tiene también una piscina a disposición de quien lo desee (en épocas en las que apetezca darse un baño, claro).