Mahori

Comida para llevar rica rica. He probado la empanada de pisto y es gloria. Hay comida para llevar también

¿Cuál es ese horno al que, a pesar de serle infiel en alguna que otra ocasión, acabas siempre por volver? En mi caso es Mahori por muchas razones.
Primero porque el pan que hacen está francamente bueno, de esos que aunque se queden en su bolsita de papel, al día siguiente siguen igual de ricos y sabrosos, de los que tienen la proporción adecuada entre «corfa» y «molla», para todos los gustos, para los que no podemos evitar devorar la punta mientras nos lo llevamos a casa, como para los que no pueden evitar meter la mano en su interior y vaciarlo por dentro.
Pero como no solo de pan vive el hombre, aquí vienen más motivos. Uno de ellos, su impresionante Roscón de Reyes, de los que no solo te ponen la tradicional haba y la clásica figura, si no que en función del número para el que lo hayas encargado, tendrás más figuras. Sí, como lo oyes. Si lo encargas para 6 personas, tendrás un premio para cada uno, bueno, si eres afortunado y no te toca el haba, pero en total encontrarás 6 cosas dentro. Por supuesto puedes pedirlo relleno de lo que quieras. En mi caso, sin duda, me quedo con la crema pastelera, de las mejores que he probado.
Y qué decir de su tarta de manzana. Aún recuerdo lo mucho que babearon los Unilocalers cuando la probaron en cierto evento sorpresa. Tarta de masa fina, con la manzana caramelizada que-,-zdf., d lo siento, las babas me hacen escribir cosas raras. Sencillamente, se debe ir a probar.
Mini ensaimadas para chuparse los dedos, mini croissants igual de buenos, mini empanadillas o frivolidades saladas, cualquier cosa me gusta. Por supuesto también tienen comida para llevar, tradicional, de la que hacen las abuelas por lo buenas que están. Aquí no hay nada que esté malo.
Este horno está regentado por la familia entera. He visto a la madre y a las dos hijas atendiendo al público con la misma alegría de siempre, mientras que en el horno se queda el padre. Recientemente lo han reformado y le han dado más luz, ampliando la zona de cafetería.
Y por si fuera poco, también preparan comidas para llevar. Incluso en épocas señaladas como Navidad o Nochevieja puedes encargar cualquiera de los menús que preparan y presumir de ser una experta cocinera.
Realmente, es el horno tradicional de «tota» la vida y una apuesta fuerte en el barrio.

Cafetería de barrio en la que te atienden rapidísimo y estupendamente. Suelo ir de vez en cuando a tomar el cafenet del almuerzo y siempre cae algo para picar, porque tienen muchísima variedad y todo con una pinta buenísima. También he probado la comida para llevar y merece mención especial, ya que es bastante barato y se nota el toque casero. Es una apuesta segura para encargar catering para cumpleaños, roscón de reyes, etc. Le doy 5 estrellas por el excelente trato de todo el personal.

Que vivan las pastelerías de barrio. Me encanta encontrarme con ellas, entrar y disfrutar de sus dulces y saladas maravillas artesanales y en Mahori es justo lo que me encontré, una pasada de negocio familiar de los que tienen sabor e historia.
Llegué a la hora del café, sobre las 16 de la tarde y vi mesas repletas de platos y vasos, como si un colegio hubiera comido allí. La verdad es que me extrañó porque pensaba que era un horno al uso, pero es que resulta que hacen comida para llevar y menú del día para comer allí a diario, y se ve que triunfan porque no había ni una mesa limpia, vamos estaban en ello. En el mostrador de la entrada pude ver una paella a mitad y algunos otros platos caseros y cocinados por la dueña y su sobrina, que son las hachas de la cocina.
La zona de pastelería es más pequeña pero no menos apetecible y de entre todas las cositas que vi y que me apetecía probar, pregunté por la especialidad del lugar y me recomendaron la tarta de manzana, simplemente espectacular. No soy muy de dulces, de hecho me gustan poco y esta tarta es de premio por varias razones:
no empalaga nada, la manzana sabe a manzana y no a caramelo de manzana, el hojaldre es finito y tiene un punto salado que me encantó y en sabor y textura me pareció buenísima.
También vi que hacían turrón artesanal allí mismo (tienen una cocina dentro y hacen tood allí) y estuve preguntando, el de yema se ve que es una de sus especialidades también y le ponen el nombre del horno escrito con letra de la de mi madre, de esa que ya no se lee ¡qué bonito, da pena hasta comérselo! Además, para Navidad preparan un menú para llevar (en plan que no hagas la cena de Nochebuena, que te la hacen ellos) que por 10,50 me pareció súper rico, qué ideaza.
Sin duda alguna volveré cuando esté por el barrio porque es uno de los sitios que me dan hambre de mirarlo, y si lo pruebas ¡repites! Enhorabuena a toda la familia por este magnífico proyecto artesanal y lleno de amor, se nota el cariño que le ponen a su proyecto.

Excelente cafetería y pastelería, he estado varias veces, incluso en varias reuniones de trabajo y es un sitio genial en el cual te atienden genial, hacen una paella genial y cuidan mucho su forma de cocinar de forma que su comida queda con un sabor tradicional de antaño, lo que busca uno cuando quiere comer algo bueno. Y sus pasteles buenísimos también

Hoy he probado las rosquilletas genial. Un sabor muy diferente. Existen de varios tipos. Cada dia probare de un tipo.

Definirlo como una panadería o como una pastelería es quedarse corto. Han sabido encontrar el equilibrio para tener un poco de todo. Tienes mesas para desayunar, almorzar o merendar. Tienes el típico despacho de pan, la pastelería de siempre, y a la hora de comer siempre puedes encontrar platos de comida para llevar.
Aprovechan bien su espacio y ofrecen una gran variedad de soluciones. Como he podido leer en algún comentario, te sacan de cualquier emergencia. Han sabido adaptarse y dar lo que el mercado demanda. Además cuando se acercan fechas específicas, siempre adaptan sus productos a las circunstancias, bien sean buñuelos, mocadora, etc.
Lo que más destacaría es el trato que te dan, siempre con una sonrisa. Son amables hasta cuando solo vas a por tu barra de pan.
La calidad de los productos es muy buena, si bien, son un poco caros, lo que hace que otras opciones de la zona les estén comiendo terreno.

Elaboradas exquisiteces a precio moderado, servidas con fineza y más énfasis en la presentación delicada que en el amontonamiento de dulzuras.
Por una parte: un pan rústico excepcional, y por otra, en cuanto a pastelería se refiere: tartas frías muy buenas, con coberturas menos previsibles, a parte de una carta muy variada de bombones caseros producto de elaboración artesana.
Completan la oferta con un servicio de comidas preparadas (hacen también caterings en diversos formatos y para variedad de eventos), con raciones a precio cabal y agradecido, y dentro de un entendimiento casero y tradicional muy bien resuelto. Tienen un par de mesitas en el interior en el que es posible degustar a modo de almuerzo alguna de las especialidades menos tremendas.
Una ambientación bastante agradable pero nada almibarada, un servicio familiar, y unos precios nada engordados.

Un amigo que vive en la zona en la que se encuentra me habló de este local. Estábamos comentando que el horno Las Comedias tiene un par de sucursales por este mismo barrio y fue en ese momento en el que apareció en la conversación. Me dijo que, para él, en Mahorí la calidad es similar y los precios más baratos. Tenía que probar. Después del test Paco para corroborar datos, puedo decir que tenía razón.
Destacaré aquí, por destacar algo porque todo sería susceptible de ello, la oferta que tienen en productos salados de panadería. Y eso que yo soy más bien goloso y dulzón. Y, y, y, que no se me olvide, también tienen comidas para llevar e incluso preparan catering. El sitio es acogedor y cuenta con varias mesas para poder ir haciendo una degustación in situ. El último que llegue paga.

Tengo a esta Pastelería cerquita de mi casa, y durante muchísimo tiempo no había entrado…
Me pasaba muchísimas veces delante, la miraba y veía las cosas estupendas que hacían a diario, pero dejaba siempre «para una próxima». Hasta que una vez vino una amiga y la eligió…
El espacio es pequeño, con una decoración a «la pastisserie», pero de buen gusto y bastante acogedora. Suele tener bastante gente, y se le nota hacer bastante suceso no solo entre el vecindario, pero también gente que vendrá de otras partes, ya que es frecuente tener coches delante aparcados en segunda fila y entrando corriendo con cajas y paquetes.
La bollería es tremenda y buenísima, el café regular, pero si acompañado por algo dulce no se hace ni caso…

Esta es una panadería y pastelería que ofrece una gran variedad de otros servicios como: comidas para llevar, rincón para almorzar, comer o merendar (y digo rincón porque no es muy grande pero sí bastante tranquilo)… en fin, es un sitio en el que te facilitan bastante la vida si vives o trabajas por allí cerca.
Si decides comer allí, o llevarte la comida encontrarás tres o cuatro platos para elegir diariamente, no es mucha variedad, pero sí es muy casero (el arroz al horno, por ejemplo), la pasta, la mussaka, hay pocos platos pero bien cocinados.
Además venden café y té, y muchos pasteles para acompañarlos.
Por otro lado, son especialistas en caterings para celebraciones, te preparan el menú y lo llevan a tu local, ayudándote además a que lo tengas todo a punto para la ocasión.
Si haces algún pedido especial te lo preparan con arreglo a tus necesidades, en cuanto a precio, cantidades, ingredientes, etc.
También realizan menús en fiestas señaladas, como Navidad.
Así que aparentemente es un horno, pero es mucho más que eso. La atención es familiar, y los precios son medios, en general la relación calidad-​precio es buena.
No sé, creo que siempre es bueno conocer un establecimiento como este, te saca de cualquier apuro.