Los Hechizos de Morgana

El restaurante no dispone de carta ni si quiera el menú está impreso.
La filosofía es ofrecer cuatro entrantes, copa de vino o bebida, y un principal de arroz o carrillada o pescado por 10,90 €.En el precio está incluido el postre o el café.
Los entrantes varían semana a semana a excepción de las patatas Morgana que, al parecer, siempre están presentes.
En mi caso fueron las patatas, sepia mayonesa, parillada de verduras y ventresca con tamatitos cherry.
Con la cestita del pan tostado viene un cuenco de tomate y un paté de queso azul para untar y hacer grata la espera.
Estaba todo bueno. Si la elección es arroz, lo ha de ser por parejas. De ser cuatro comensales no puede pedir cada uno un tipo de arroz. Se han de emparejar mínimo de dos. En mi caso tres de bogavante y una carillada. Hay del señoret, paellla, y fideua.
Los postres son menos variados y pedimos el helado de vainilla sobre chocolate caliente. El chocolate recordaba a los postres de guardería.
El vino del menú ha de ser tinto. No entiendo porque no se incluye un blanco o rosado.
El arroz estaba muy bueno quizás un pelín duro. Pero no hay que recurrir a un Notario para dar fe de que es de bogavante.
El local inicialmente fue un restaurante chino y sus tejaditos interiores se supone que son una reproducción de una aldea. Hasta la fecha han pasado distintos propietarios por sus instalaciones incluido un segundo chino.
Las instalaciones pecan de poca iluminación y el nivel sonoro es alto.
El servicio siendo correcto no es muy profesional y anda algo despistado. Tuvimos que reclamar el vino así como las copas ya que las de la mesa las habíamos usado con la cervecita.
Las mesas no tienen mantel y algún plato estaba mellado. Pero los 10,90 € hacen mirar para otro lado.

La comida, además de tener muy buen precio estaba muy rica. El menú se compone de muchos entremeses para compartir y de segundo nos pedimos un arroz meloso de bogavante que estaba para chuparse los dedos. Muy recomendable

El menú de mediodía muy completo, aunque quizás demasiada comida. Los niños toman el mismo menú pero pagan menos. De precio fenomenal. El local es bastante grande aunque, en mi opinión, le falta algo de luz

Importante: si de su menú quieres disfrutar, no te olvides reservar. Sí, tópico y típico, pero es que Los Hechizos tiene un algo que se llena bien pronto, así que el primer paso, llamar y reservar. Luego, a sentarse y a disfrutar.
Y es que el menú a mediodía no puede estar mejor para la calidad-​cantidad-​precio que ponen. Entrantes a compartir que cuando te los acabas te preguntas si aún te cabrá más comida. Normalmente, incluyen anchoas del Cantábrico, de esas que piensas que ponerlas en pan es un crimen, pero que disfrutas con pasión. Como plato principal, todas las veces que hemos ido hemos pedido arroz. ¡Pero qué arroz para estar incluido en un menú! De los que te sacan el «perol i la cullera» para hacer un self-​service y repetir las veces que te haga falta. De los que te preguntas si se han despistado y han calculado mal porque, para ser un arroz para 4 comensales, parece que vayan a comer 6. De los que conforme se enfrían y asientan van tomando más sabores y más bueno te parece. De los que aún no te has acabado y ya estás pensando en repetir. De los que piensas ¿esto en un túper no me lo podré llevar? Mejor me lo acabo ahora por si acaso, que hoy está de muerte.
Y para que el menú de niños sea más apropiado a sus gustos, el arroz es paella (pero paella de las de verdad y con muy buen sabor) o bien un entrecot en su punto, tierno y con patatas.
Mesas grandes, cómodas, con el espacio suficiente tanto con tu compañero de mesa, como con las mesas de alrededor. Local grande, limpio. Personal atento y muy amable. Calidad y precio más que correctos… Tengo que llamar y reservar otra vez.

Al Cesar lo que es del Cesar. Este local lo descubrimos gracias a mis primos Jaime y Silvia. Nos comentaron que estaba realmente bien y nos «liaron» para ir un día a probar el menú. Gracias.
El local desde fuera no parece muy grande, engaña. Tras recorrer un pasillo con algunas mesas se abre en una sala amplia, decorada con motivos rústicos e incluso con alguna sala un poco más privada. La estancia en mesa es amplia y cómoda.
El menú consta de unos cuatro entrantes de primero, no a elegir, sino cuatro entrantes que van variando según la época, un arroz, pescado o carne de segundo, postre y bebida. Recomiendo muy mucho los arroces melosos, están de vicio. Todo ello por unos 12 € entre semana. Los fines de semana amplían un plato más de entrante y sale por unos 16 € a mediodía. Por la noche no he probado. Hasta aquí lo normal. ¿Que marca la diferencia? Son productos de calidad y cantidad, están bien cocinados y en cuanto a la bebida no escatiman. Cuando fuimos con mis primos ellas se pidieron vino blanco (el favorito de Silvia) y nosotros cerveza. Nos sacaron una botella de vino blanco para las dos y una jarra de cerveza para los dos. Es un verdadero detalle.
El servicio es amable, pero si ven que eres de esos que son un poco impertinentes (o sea, mi caso) te siguen la broma y juegan contigo. Con eso a mí me tienen ganado. Después de comer siempre viene el dueño o el cocinero para preocuparse si todo ha ido bien. A algunos les parecerá una tontería pero esto es un indicativo muy claro que más que el dinero, les preocupa que el cliente quede satisfecho.
El único pero que le pongo es que está un poco lejos de mi casa. Lastima. O mejor así, que si no me iba a poner «tibio» día si día no.
Recomendable. Mucho. Reservad con tiempo.

Increíble menú de mediodía por 11,95 €: cuatro entrantes (ensalada de tomate, carpaccio, calamares y patatas) y de plato principal: arroz de bogavante riquísimo. Bebida y postre o café incluídos. He alucinado con calidad y precio. Camareros amables y eficientes.

Me sorprendió muy gratamente este local. Vinimos a comer recomendados por un mega Unilocaler (gracias Juan V.) y allá que nos dispusimos a probar.
Cuando vi la entrada me encantó. Y tal como iba entrando en el local me di cuenta que el nombre del local le viene como anillo al dedo. Tiene un aspecto entre medieval y moderno que lo hace muy acogedor.
El menú entre semana vale 10,90 €, el viernes noche 22 € y el sábado y domingo comer 16 €. Abren a mediodía todos los días y sólo la noche del viernes y sábado.
El menú del domingo (que es el que he probado de momento) incluye 5 entrantes (el camarero notó mi cara de sorpresa grata cuando dijo que entraban todos) que en nuestro caso fueron cesta de pan con queso azul, ajo arriero y tomate; calamares romana; carpaccio de ternera con parmesano; patatas morgana hechas con mucho gusto y dos salsas y anchoas del Cantábrico sobre tomate. Después se debía elegir entre varios arroces (arroz meloso de bogavante o buey de mar, arroz del señoret, fideuà de cabellín con bogavante o buey de mar, una carne y un pescado. Finalmente el postre, que no tiene mucha variedad pero que está curioso y riquísimo (sorbete de mandarina y canelón de piña relleno de nata con chocolate pedimos nosotros).
Sólo puedo decir que no pudimos acabárnoslo todo… Y eso que todo estaba buenísimo. El plato principal era enorme para ser para dos y vimos algún que otro caldero que eran de boca abierta.
El personal fue muy amable, atento y el servicio muy bueno. En el menú se incluye el café, el postre, una bebida por cabeza (los refrescos son de 20cl, aunque como me vio la cara de decepción me sacó una lata de 33cl, chapó) y te dejan una botella de agua de medio sobre la mesa que está incluida. ¿Qué más se puede pedir?
El camarero nos explicó que el menú entre semana es todos los días el mismo, y lo cuelgan el lunes en facebook.
Positivo: comida exquisita, relación calidad — precio más que perfecta y local precioso.
A mejorar: creo que de momento no tengo nada que decir. Me queda ir más pero tuve una experiencia realmente buena. Excelente.