Este es un negocio familiar que desde siempre, o al menos desde que tengo uso de razón, está ubicado en el pasaje Doctor Serra. Con los años, las tiendas de esta galería, que antaño solían ser elegantes y transitadas, han pasado a ser poco más que tiendas fantasmas y olvidadas que sobreviven al paso de las modas como mejor pueden. Buena prueba de este hecho es este local de composturas y arreglos de zapatos que también es cerrajería. Tiene el encanto que sólo se puede apreciar en los negocios que mantienen intactos los oficios artesanales, que parece reivindicar con su nostálgico y sencillo escaparate. Su dueño dispensa un trato muy amable y el resultado de su trabajo es, como no podía ser de otra forma, espléndido.