Clandestino

El Clandestino es uno de esos sitios que no existen en Valencia. Es una isla, un oasis dentro de la ciudad. Hay muchos sitios a los que acudir para tomar una copa, pero la mayoría son del tipo pub, discobar por un lado, o rollo café chachi molón de los que hay a manta en Ruzafa. Están chulos y la experiencia es completa, pero Clandestino es otro nivel.
Enmarcado en La Minimilla de Oro de Valencia, a un paso del Palacio del Marqués de Dosaguas y en el bajo del Hotel Inglés, hablamos de un local con luz tenue, decorado con mucho gusto y estilo moderno. Espacio abierto con bancos corridos en las paredes, un muro lleno de espejos y una gran barra presidiendo todo.
Sitio privilegiado con un ambiente de jet que poco encuentras por estos lares.
Cócteles y gintonics son sus mieles. Si quieres libar de estas ambrosías espirituosas estás en uno de los mejores sitios de Valencia. Con una carta enorme en cuanto a variedad se refiere.
Como lo que a mí me va es el gin, decir que disfruto como un enano. Ginebras de todas clases con la tónica adecuada en su maridaje y con el topping adecuado a cada tipo para realzar el sabor. Preparado delante de ti en una mesilla de cóctel y acompañado de chuches!
El servicio es muy agradable y atento, aunque al ser tan personalizado es un poco tardón.
El precio es alto, 12 euros de media por gintonic, pero de vez en cuando merece la pena convertirse en un maqui, pasarse a la Résistance y hacer una visita al Clandestino!

No recuerdo el nombre rimbombante del cocktail que pedí, pero puedo decir que estaba buenísimo (aunque por 9 € ya podía estarlo) debo confesar que lo elegí porque dentro de la carta era uno de los más «económicos».
Fui con un par de amigas y de los tres cocktails que pedimos, fue imposible elegir cual era el mejor, o cual tenía mejor presentación.
Fui entre semana, así que el bar estaba prácticamente solo, el servicio impecable, la barista/​mesera un encanto.
El lugar es pequeño, a media luz. Así qué creo yo que es ideal para ir con tu pareja para hacer un brindis especial.
Ahhh, para «picar» te dan un pequeño tazón de «chuches»… Mmmm!