Ca Lluis

Lluis es el responsable de este pequeñito local de la zona del Cedro. Es un buen tío, callado, pero con mucha capacidad de curro encima. Esta intentando revitalizar la propia zona del Cedro entera. Su manera de ver las cosas un poco diferentes para esta zona le ha motivado a ir moviendo una futura asociación «viveelcedro» para estimular aun mas cada uno de los eventos que se mueven por esa antigua zona de fiesta. Suerte!
El local enfoca diferente todo. Los horarios, abriendo domingo. el picoteo totalmente casero y su enfoque con la participación de la música o actuaciones en directo le dan el aire diferente a este diminuto bajo sin mucha estética que aportar pero con un ambiente fabuloso, joven y muy muy buen rollo.
Es picoteo casero y «frio» en esencia. Recomiendo los humus o el pâté de berenjena con mostaza. Amazing!
Las bravas tienen salsa totalmente casera, se ve a la legua… y, los domingos, junto con la actuación en directo a medio día, el arroz al horno o un plato de pasta fresca y su salsa fresquísima con tomate y rúcula esta sensacional. Y, como comentaba, todo esto viendo alguna de las actuaciones en directo que hace todos los domingos desde las 13:30h y algunos (contados) jueves/​sábados.
Podéis ir cuando queráis (mientras esté abierto) pero si estáis de domingo sin saber que hacer, donde picar algo para comer es vuestra idea, esta opción no se puede descartar por el toque de la música en directo.

Cocina de mercado exquisita, de muy buena calidad y a un precio estupendo. Nosotros probamos (todo para compartir) tártar de salmón –francamente espectacular-​, Trampó (una ensalada fresca de manzana riquísima), un revuelto al punto de longanizas de Utiel –de los mejores que he probado– y un provolone fundido con tomate natural, buenísimo también, pero lo menos espectacular de todo. Para beber tienen Estrella Galicia de tirador, lo cuál es un puntazo (es muy complicado encontrar esta cerveza en tirador en Valencia) y una cerveza artesana embotellada de Alboraya (Zeta) que también recomiendo. De postre tomamos una porción de tarta de almendra muy muy buena (he subido foto) y café (muy bueno que luego hay locales donde es imbebible).
El dueño es muy amable, te asesora perfectamente sobre los platos y es un chico muy simpático. Además, la cocina está totalmente integrada en la sala y puedes ver como elaboran los platos y preparan el emplatado con todo el mimo del mundo.
El local tiene toque escandinavo, combinando la madera, el acero y el mobiliario en blanco y negro. Además la decoración es muy original, en las paredes tienen el cuadro de bicicletas pintados con diseños y materiales diferentes. No sé si se trata de una exposición temporal o permanente, pero es de lo más peculiar que he visto (he subido foto). También hay una debajo del suelo que puedes ver a través de un cristal. Otro de los detalles en los que más me fijo en un local es en el hilo musical y he de decir que es de los restaurantes con mejor música en los que he estado.
Totalmente recomendable, nos ha encantado y pensamos repetir muy pronto, pasa a ser uno de nuestros restaurantes favoritos en Valencia :)