Ya es bien sabido que en Galicia la cantidad de comida que te sirven es una exageración pero aquí, aunque parezca mentira, lo han superado mil veces! Antes de llegar a este sitio había una zona con un montón de restaurantes unos pegados a otros y como no encontrábamos aparcamiento decidimos seguir hacia el centro de Muros pero de repente vimos este sitio que parecía menos turístico y páramos. Le pregunté a una señora que paseaba cerca y nos lo recomendió pero nos avisó de que las cantidades eran grandes. Nosotros, pobres inocentes ya sabíamos que las raciones iban a ser grandes pero no estábamos preparados para semejante salvajada y eso que iba con un grupo de gallegos de pura cepa(excepto mi madre que es castellana pero por las pintas que tiene parece más gallega que mi padre…). Nosotros pedimos una ensalada, UNA ración de arroz caldoso con marisco y UNA ración de filete de ternera con patatas. El arroz estaba para chuparse los dedos y de marisco llevaba zamburiñas, mejillones, navajas, calamar, langostinos, almejas y todo fresco desde un vivero que tienen a la vista de los comensales. La ración de filetes era una fuente grande de patatas fritas con 4 filetes gruesos y pimientos asados. En la mesa de enfrente había una pareja joven que no fueron advertidos de las cantidades y estaban flipando en colores y más aún cuando no paraban de sacar más y más fuentes! Pobrecitos, estaba vencidos! En las otras mesas no era diferente, todos estaban hablando del mismo tema! Directamente enfrente del restaurante hay una playa paradisiaca que viene muy bien para echarse la siesta después de comer como animales. Cuando vuelva por la zona ya sé donde voy a ir a comer!