Wanda

Pues la verdad es que quería que me gustase este sitio, paso por delante no menos de un par de veces al día y una imagen a simple vista agradable y el hecho de que casi siempre esté lleno auguraban algo bueno. Pero hoy no ha sido el día, así que habrá que volver para ver si ha sido mala suerte o si la cosa no da para más.
Visita el martes ²⁶⁄₀₄ a las 10:15am en formato lobo solitario. Me siento en una mesa dentro, cerca de la ventana, y a los 5 segundos me cambio de silla para esquivar un chorro de aire que me pegaba directamente en la cara, empiezo con mal pie.
La decoración del local es agradable y original, distinta a lo que suele verse en la mayoría de locales. La carta de desayunos está bien, es amplia, y la verdad es que no me parece cara, pero me llama la atención lo sucia que está y, sobre todo, que hay varios precios corregidos a mano (todos incrementados, claro está…), es lo que tiene corregir cartas caras de imprimir, shit happens…
Me pido el ibérico, mollete con jamón y tomate acompañado de café con leche. El café me llega rápido y se vuelve igual de rápido porque la taza venía completamente embadurnada de pintalabios… Me traen un nuevo café y llega el mollete, que lo sirven en una cestilla metálica baja con un cuchillo y la verdad es que por mucha imaginación que le eché al tema no terminé de entender el porqué del cuchillo, no teniendo plato debajo y sin tenedor como que no funciona la cosa, pero en fin…
El mollete ni fú ni fá y el jamón algo peor que el mollete, regu, regu.
El local, eso sí, bastante lleno y bullicioso, mucho ambiente pero poca tranquilidad para leer un periódico con calma.
Hoy desde luego no han tenido su día, probaremos de nuevo para ver si ha sido el clásico día en que todo sale regular –que estas cosas pasan– o si es más bien una pauta, que sería más bien preocupante.

Generalmente me llevan a sitios muy molones como este, y si es para merendar los disfruto doblemente ya que los batidos, zumos y dulces son especialmente mi debilidad y aqui son expertos en hacerlos riquisimos.
El local está muy cuidado es bonitos y tienes varias zonas repartidas con varios estilos de sillas mesas, para que no sea tán monótono cada vez que vayas. Además tiene una amplia terraza que para cuando se acerce el bien tiempo tiene que ser una delicia.
Pude observar que había mesas reservadas, si queires venir y asegurarte un sitio, lo mejor que puedes hacer es llamar. Sobre todo si quieres venir a cenar, porque el local está concurrido.
De mi experiencia, destacar el batido de platano y nutella, y la tarta de cookie y helado! está riquisimo y espero volver pronto porque me quede con ganas de probar otras variedades de tardas.

Me hospedaba en un hotel cercano a la zona y salí a cenar sin muchas esperanzas de encontrar un sitios decente en cuanto relación calidad-​precio pero bueno, me lancé a la aventura.
Pasé por delante de Wanda café y casi paso de largo pensando que era eso, un café. Miré de nuevo y vi la carta y me decidí a entrar.
Al ver la carta vi que tenían bastantes platos y me decanté por unos nachos con Wacamole y el pollo Tikka masala. Los nachos no me decían nada nuevo, nada especial. Aceptables si no más.
El pollo Tikka Masala estaba riquísimo y buena presentación. Mezclar el arroz de acompañamiento con el pollo y la salsa y comerlo con cuchara me pareció una buena opción.
La decoración muy conseguida y el trato bueno. Sin dudarlo, un sitio al que volvería a ir.

Os pongo en situación:
Sábado a mediodía, 3 mesas en el local (para quien no haya estado nunca, es un local bastante amplio, con muchas mesas, tanto dentro como en la terraza, por lo que se considera que estaba vacíiisimo).
Nos sientan, pedimos la bebida, la traen y pedimos la comida, la carta tiene muy buena pinta, con muchos platos distintos internacionales y opciones saludables.
Pedimos un entrante para compartir –Taboulé marroquí– y un plato principal para cada uno (éramos 4): 1x ensalada de ventresca y tomate, 1x pollo tikka masala, 2x tallarines thai.
El entrante lo traen enseguida y lo devoramos entre los 4 en un pispás. Ahora traerán lo demás, pensamos… JÁ! Ilusos… 30 minutos más tarde (aunque dejé de mirar el reloj cuando ya empecé a ponerme de muy mala leche), nos traen los platos.
Pero no acaba ahí el drama-​wanda, sino que para nuestro pesar y rugir estomacal los tallarines thai son como una amalgama de pasta semi cruda, seca y alucinantemente salada que no hay ser que se comiera.
La ensalada y el pollo correctos. Cierto es que estábamos más pendientes de los tallarines que de otra cosa…
Aun así, damos una tercera oportunidad al postre, una carrot cake, que punto a favor, es de Celicioso, o sea, sin gluten y cuya textura a pesar de eso está muy conseguida y está muy rica.
Al pagar la cuenta, dijimos lo de los tallarines (que además se habían quedado practicamente intactos en el plato), y tuvieron la amabilidad de descontarnos ambos platos de la cuenta total. Eso no se lo voy a negar, fue muy agradecido. Pero la espera eterna y el mal sabor de boca (literal) de los tallarines pesan demasiado…

Wanda has an incredibly nice atmosphere. It’s filled with lots of light and is a cute place to go for a coffee. However, the service has been pretty bad whenever we have gone there. We once waited over half an hour for a bagel with salmon (that actually never came because we had to leave before they ever managed to bring it out). It wasn’t even a very busy time, so I have no idea what the problem was. The food is just okay, nothing great. It’s a nice place to sit and have a coffee and pastry, but I wouldn’t recommend it for anything else.

Cómo puede ser que este sitio no estuviera dado de alta? Wanda un café optimista. Estamos locos? Menos mal que lo he encontrado yo… El café muy rico. Las tartas tienen una pinta de muerte y la de Lima doy fe de que a de más de tener buena pinta está riquísima. Tienen frappes y zumos súper originales, de esos que combinan muchas frutas o con galletas… De esos. La presentación sea cual sea tu elección es ideal. La decoración del local es monísima. Es como decoracion kitsch o pop-​art, ochentero… No se. Pero me ha enamorado. No me extraña que la colegiala sea café optimista. Si es que parece que te transporta al buen rollo y al veranito. Por lo que he visto en la carta también hay copas y meriendas o almuerzos a base de bagel y wraps muy originales. Ah y el personal va a a juego: muy majos y amables.
Vamos que he salido de buen rollo.