Es la típica frutería verdulería de barrio donde el trato es cercano y familiar. Todos sus productos son de buenísima calidad y a un precio económico. Lo bueno que tienen es que a la gente joven nos entienden y de vez en cuando te dan la confianza para pagarles en otro momento, es decir, te fían. Alfredo el dueño y su mujer son majísimos, pero eso mejor lo comprobáis vosotros mismos.