El Oeste Celeste

Vaya vaya, siempre quiero recomendar este bar, pero claro, como se entra en plan clandestino pues nunca me acordaba del nombre ni de la calle! Gracias por re-​descubrírmelo.
Yo estuve una noche de verano y se está muuy pero que muy bien, ambiente lavapiereño total.
Puedes coger una mesa o tirarte en la alfombra con unos cogines y estar a tu aire… muy interesante.

La primera y última «noche en blanco» madrileña que decidimos salir a ver que se cocía en la calle este local nos salvo lo que estaba a punto de pasar a la historia como noche en blanco, pero en blanco total.
Ilusos de nosotros, salimos de casa pensando que podríamos asistir a alguno de los multiples eventos organizados esa noche por toda la ciudad.
Después de pasarnos horas haciendo colas interminables sin conseguir entrar a ningun sitio, cambiamos el plan de «noche cultural» por el de «noche de borrachera».
Salíamos de la cola de La Casa Encendida, así que nos adentramos en lavapiés buscando algun rincón en el que nos acogieran a esas altas horas de la noche y nos dieran un poco de alcohol con el que borrar de la memoria lo sucedido hasta el momento.
Uno de nuestros amigos conocía El Oeste Celeste, esta claro, de no ser así nunca hubieramos pensado en entrar, ya que desde fuera no parece un bar.
Lo pasamos genial, el sitio nos encantó, subimos a la pequeña parte de arriba y nos tiramos en unos sofas a tomar unos cocteles raros, que cumplieron su misión a la perfección. El ambiente era tranquilo, amigable y nos sentimos muy bien acogidos.
Como bien he dicho al principio, nos salvó la noche.
Si es que ya se sabe lo que ocurre en este país con las cosas gratis. Y si no lo sabes, solo tienes que poner en el yutu: paraguas gratis.

Chisss!!! Esto es un secreto. ¿Ves la fotografía? A que parece un portal. Pues si llamas al timbre, te encuentras un bar. Con dos plantas, una cocina y un baño, pero que parece una casa.
En la planta de abajo el otro día se montó una jam de flamenco. Una guiri con guitarra, una chica que se animó a cantar, y un violín acompañando a la guitarra. Palmas y jaleos desde el piso de arriba, que es muy chulo, con un «rincón oscuro» que recomiendo. ¡Ah! Al final acabamos con ritmos africanos.
Por cierto, los mojitos, de los mejores que he probado, y más baratos que en La Latina.

Este sitio ha estado en por lo menos tres lugares diferentes, que todavía existen dos por lo menos. a saber.uno sin cartel ni horario ni nada en la calle de la Esperanza y luego el oficial, en la dirección indicada, que tampoco tiene mucho horario establecido… seguro que si vas de 19 a 00 lo encuentras abierto. La última vez, estuve hará un par de meses, que mi amiga Cris Carroquino hizo una cosa musical genial, muy marciana. Al parecer es un buen escenario para estas cosas de música extraña :), bueno, diferente. Cocinan bien, tienen buenos cócteles. Yo iba mucho al otro sin cartel, hasta que un día el cocinero árabe que tenían se marchó y yo… también.