Esta pastelería de mi barrio es en realidad mucho más que una pastelería, pues también ofrece platos preparados y tiene un espacio donde puedes sentarte a comer o a tomar algo. La verdad es que tiene mucho éxito y siempre hay gente, aunque yo sólo puedo venir los fines de semana. A veces vengo sólo a comprar el pan o algún postre, como los alfajores tipo argentino, de los que tienen mucha variedad, todos auténticas bombas. Otras veces compro sándwiches o empanadas para comer, o bien me las llevo a casa o bien me las como aquí, me pido una cerveza en la barra y me siento junto a una de las mesitas. También alguna vez he acudido al mostrador de platos preparados y he pedido algo: un poco de pasta, un filete empanado… El caso es que la oferta es variada y completa, pues te sirve para acompañar o solucionar cualquier comida. No puedo decir que las cosas que tienen sean deliciosas, pero sí que están bastante ricas, así que este es un lugar a tener en cuenta.