El lugar parece acogedor en su interior, el local es amplio ocupando el espacio con mesas y sillas de oscura madera y manteles de cuadritos siguiendo con el estilo. El rótulo exterior anuncia pizzería, pese a que no puedo daros opinión ya que para mi ha sido siempre una«parada de pasada», por la mañana a tomar algún café con croissant o donuts(siempre tiernos, eso sí). Disponen de un par de mesas en la puerta a modo de terraza, para aquellos a los que el frío no nos detiene. Mi sorpresa llegó una mañana de sábado soleada –rondando casi las once-, cuando al parar, me disponía a tomar algo más que un café. Pensaba en un bocadillo caliente cuando me dijeron que sólo hacían bocadillos fríos -¿un sábado por la mañana?-, pues nada, un cortado y un donut antes de proseguir con mi día. En fin, no es que sea negativo pero tampoco favorece, puesto que por la zona hay varios locales muy próximos. Disponiendo de ésta información, sé que no es una opción cuando me apetezca tomar algo más que un café por la mañana.