Una noche de domingo, no sabes que hacer con tus colegas, así que a ver el fútbol. Después de varias indecisiones, fuimos a este sitio que ya habíamos esta una vez tomando algo de beber, pero sin cenar. El sitio es muy acogedor. Tengamos en cuenta que es el típico bar de entre semana para almuerzos y menú. Buen trato y un servicio muy rápido para estar lleno por ser día de fútbol. Con las premisas anteriores no podía esperar muchas florituras culinarias, pero si buena comida, ya que el dicho reza que si un sitio esta lleno siempre es porque sirven bien. De entrada unas bravas. Decepción; patatas de bolsa, salsas desaboridas y un precio subido para esas calidades. De cena bocadillo Kiko con extra de bacon(lo se, soy un glotón). Alegría, un bocadillo bien lleno, al que a pesar de ser raro hoy día le faltaba pan, me pareció genial. La cerveza de tirador muy buena. En resumen si quiero ver un partido, ya tengo mi sitio.