El Rana Verde de Aranjuez

Si me pidieran definir en una palabra este restaurante, esa es ‘caro’. Pero no porque sea prohibitivo, sino porque el precio es demasiado alto por el servicio que ofrecen.
La atención del personal es estupenda, tienen una variedad de platos muy grande y el local es perfecto. Pero la calidad de la comida tampoco es para el precio que tiene (aunque no es mala eh).
El menú del día cuesta 18 euros. Teniendo en cuenta que el restaurante está en Aranjuez y un menú en el centro de Madrid es raro que supere los 12, el precio es más que abusivo.
En su época era de lo mejorcito de Madrid, pero la verdad es que ya no es lo que era…

Uno de los restaurantes más típicos y turísticos de Aranjuez, junto al célebre Palacio y frente a un hermoso estanque. Las vistas desde el salón merecen mucho la pena, por la paz que confiere ver nadar a patos y gansos. También hay mesas al aire libre, ideales para días de sol.
Ahí acaban las virtudes, por desgracia. El servicio es bastante seco y la carta muy cara para lo que oferta. O mejor dicho, cara para la calidad de los platos, faltos de inspiración. Por poner un ejemplo, las costillas barbacoa me supieron más bien a cocido y se aderezan con una pizca de salsa que sabe a cualquier cosa menos a barbacoa. Te convencerán más los platos de cuchara tradicionales.
Compensa optar por el menú del día (18 €), ya que un solo plato cuesta en torno a 20 € y no notaras demasiada diferencia en las preparaciones.
El tamaño de las raciones de postre varía bastante, además.

Al final no hice fotos porque se me paso pero vinimos aquí porque éramos 18 y tienen sitio. Además nos habían hablado bien de ellos.
Probamos el menú de 16 € y la verdad que quedamos muy satisfechos con la calidad y atención recibida.
La tarta de queso me habría gustado mas si fuese casera y no de sobre!

El servicio deja bastante que desear. Lento, muy lento. En cuanto tienen un poco de gente, se saturan y van como pollos sin cabeza. Para empezar nos sentamos y pasados diez minutos tenemos que ser nosotros los que pidamos la carta para elegir. Lo mismo ocurre con la bebida, tenemos que pedir que nos tomen nota. Pedimos agua y vino. Cinco minutos más tarde, nos traen el vino. Otros cinco o diez minutos más tarde, el agua.
En cuanto a la comida, está bien. Probé el pastel de setas que venía en el menú y la verdad que estaba bien. De segundo, albóndigas, tres albóndigas. Menos mal que ese día no llevaba hambre. Y por último, el café, que se les olvidó traerlo.
La zona en la que se encuentra es preciosa, justo al lado del río Tajo, de ahí que los precios, en mi opinión, sean altos. Sinceramente, no me extrañaría que apareciera en el programa de Alberto Chicote.