Salgó tarde del trabajo y lo único que quiero es llegar, dormir y ver Los Simpsons, pero para mi suerte, en la pantalla aparece una horrible película donde la protagonista está comiendo un delicioso sushi, Dios, se me antojo ese sushi pero me da verdadera pereza volver a salir de casa, por ende, acudo a mis siempre leales panfletos de comida a domicilio, una recomendación que doy a todas las personitas, es que junten estos panfletos aunque no acostumbren a pedir comida a domicilio, pero a su vez, junten los panfletos de lugares a los que ya hayan ido a comer, de otra forma corren el riesgo de que no sepan de donde salen esos alimentos, y peor aún, de que no queden satisfechos con lo que vayan a comer. Volviendo un poco al caso«Hambre vs. Pereza», encontré diez panfletos diferentes de lugares que venden sushi en la cercanía, por suerte o desgracia, Tijuana está poblada de estos restaurantes, y por donde vivo hay unos veinte restaurantes pero solo la mitad ofrece servicio a domiciolo, y solo mitad de esa mitad tienen un buen sabor y solo la mitad de la mitad de la mitad están al alcance de mi presupuesto, mi primera opción era en un pequeño kiosko pero los sábados no abren, error. Por lo cual opte por un coqueto establecimiento que está sobre la avenida principal a diez minutos en moto de mi casa. La atención tanto en persona como por teléfono es rápida concisa, no son groseros los meseros o la recepcionista que quede claro, pero van recogen el pedido y listo, no se tardan preguntando cosas extras o platicando como en otros lugares, odio cuando hacen eso. Para el caso, el atractivo del lugar es que cualquier platillo del menú, el que sea desde Yakimeshis hasta rollos, cuestán solo $ 100, y ahí no acaba el asunto, sino que el lugar tiene una promoción permanente: dos platillos de lo que quieras por $ 100, la primera vez que vi la publicidad me morí de la risa y pensé que sí comía ahí iba a saber tan mal que enfermaría de indigestión o algo peor pero para mi sorpresa, como por lo menos una vez a la catorcena ahí. Lo bueno: Es económico, las raciones son suficientes, sobre todo en «La bomba» y el «Gohan», el servicio a domicilio tarda lo que la recepcionista te dice que va a tardar, abren todos los días de 10 a 10 y no hay cargo por servicio a domicilio. Lo malo: Sí eres amante de la verdadera comida japonesa, mejor pasa de local, el menú se reduce a rollos tradicionales que en todos los lugares encontramos, Gohan, teriyaki, yakimeshi, brochetas y bomba. No más, no menos.