Este lugar se encuentra a centímetros al lado del Moustache. Tiene la misma cura, sin alcohol, aquí es pura música. Doce cincuenta es un espacio para toda música y arte local, es un exhibidor interactivo y por no ser un bar más en el centro, pueden acceder personas de todas las edades. El lugar ha compartido eventos con el Moustache, en aquellos sí he visto algunos vasos rondando entre manos con el logo de cerveza corona. Casi siempre abren cuando son eventos grandes, de varios días, con muchas bandas. En caso de que tengas una banda, quieras ensayar pero las casas de los miembros no son lo suficientemente gringas como para tener un garage en donde practicar, he escuchado que este lugar también se renta para ensayar en el día. Doce cincuenta tiene una buena ambientación, la iluminación le da el toque especial y el sonido ni se diga. La primera impresión es un cuarto blanco, pero en la noche con las luces, una banda y proyecciones detrás de ella, hacen toda una experiencia musical nueva en la ciudad.