Este lugar esta lleno de tradición, podría decirse que es un lugar histórico/cultural de la ciudad. El ambiente es de cafetería y la comida también, su menú no ha cambiado mucho en los años, probablemente también sigan yendo las mismas personas que hace años. En cuanto a comida, yo no soy muy fan pero eso es de gusto personal, son comidas como de fonda lo que si te recomiendo es el café y el pan dulce hecho en casa, tienen ese toque como de abuelita, como de panadería de barrio. Te recomiendo vayas a desayunar para que pidas unos chilaquiles y de poste una concha de dulce. Si eres nostálgico por los tiempos pasados te recomiendo este lugar lleno de recuerdos.