He pasado mil veces afuera de este restaurante preguntándome como es la comida que sirven ahí. El miércoles pasado, en medio de un arranque mortal, tomé la decisión de ir a ver que era lo que tenían que ofrecer. El resultado fue una verdadera decepción. El lugar estaba completamente vacío y la única decoración que había en el lugar, eran las millones de fotos que el dueño se había tomado junto a celebridades de la televisión a lo largo de los años. Las mesas son de metal y están cubiertas por manteles rotos y completamente llenos de parches. La música de fondo es horrible y ade mal gusto, como si estuvieras atratada en un infierno ochentero. Su tabla de quesos con jamón serrano y melón no es para nada una cosa de otro mundo. Su ensalada Yanni’s esta demasiado aderezada, por lo que la lechuga se vuelve aguada y pierde el crunch de la textura. El servicio es increíblemente amable, pero desgraciadamente no es suficiente para darle al comensal una buena experiencia.