No sólo venden tortas, sino comida corrida y a la carta también. El lugar es bonito y tranquilo, con mucha clientela que sale de la Universidad del Pedregal que se encuentra justo enfrente. Como lugar de fast food no funciona, más bien se tardan demasiado, pero vale la pena si llevas tiempo y quieres comida casera, pero nada más, porque cierran temprano; pasando las seis no encontraras nada.