Me gustó, es la iglesita del pueblo. El techo de ladrillo y piedra en forma de bóveda me gustó mucho. No había visto algo así antes, me dio la sensación de firmeza e intimidad, como un fuerte abrazo. Fue raro. La fachada está linda con muchas torrecitas y picos y arcos que, con el acabado como de yeso y la pintura de color la hacen sentir como de bombón o hecha de merengue. Está muy linda. El pueblo en general es pintoresco y agradable. Como estar en provincia pero con las ventajas(e inconvenientes también) de la ciudad. Se ubica en el centro de San Pedro, en la plaza que lleva el mismo nombre. La parroquia data del siglo XVI y XVII, la fachada de 1560. Es monumento histórico de la Ciudad y un buen lugar para iniciar el recorrido por este Barrio Mágico y capital mundial del Mole.