En una excursión por estos rumbos aproveché para hacer 2 cosas: una, preparar mis pies para una Boda en clima tropical de obligadas sandalias y segunda, descubrir cuál es el chiste del«Mani-Pedi». La decoración me llamó la atención porque no tiene el look de salón de belleza típico. Me recordó una sala de departamento de mujer joven que organiza spa-parties. La atmósfera es cordial, buena para platicar. Yo, preparado, llevaba libro, playlist y termo de café espresso para aislarme. No hicieron falta. Jenny y Gris hacen la visita muy divertida. Como a mi me «hicieron los pies» también me hicieron cosquillas y pude reír a gusto. Mi manicure quedó perfecto. Hacen cosas más sofisticadas como diseño de uñas con acrílico y gel que no probé. A lo mejor en otra ocasión. Valió la pena. Mis extremidades quedaron muy guapas y yo contento. Los precios son accesibles. Hay paquetes muy atractivos.