Salón Hidalgo

Otro lugar que se me dio conocer por cuestiones de trabajo y aunque dista mucho de sus funciones originales, por fin logré acceder al inmueble, ya que sólo lo conocía desde afuera y nada más.
Obviamente había pasado muchas veces por afuera del recinto, sabía exactamente de los bailes que se realizan en este lugar, aunque no soy un gran bailarín, me gusta hacerlo y siempre me prometí ir. Sin embargo, fue mi chamba lo que me llevó al lugar sin nada que ver con los bailes.
Es un lugar bastante amplio, lo que se necesita para tener un buen espacio para bailar. Tiene un escenario que sin problemas deja que orquestas hagan su trabajo en él. La gente que me recibió nos trato de muy buena manera, aunque me toco ir temprano y para otros menesteres, pero mi curiosidad pudo más y de buena fuente supe lo bien que se ponen los bailes en el lugar.

De los 6 a los 12 años crecí en la Guerrero y sé que algunos de sus rincones no son para novatos. Esto no es por discriminar sino porque al no conocer el alma de la colonia se pueden sentir apabullados. Eso pasa con el Hidalgo que desde que recuerdo es de los más madrugadores (abren desde las 2 pm) para echarse unos buenos sones cubanos, cumbias y salsas.
Rayito Colombiano, Los Askis, Los Ángeles Azules, Cañaveral, entre otros, son grupos que se presentan asiduamente en las noches de viernes y sábado de este viejo congal y para los cuales sugiero llegar temprano porque se pone a reventar.
A mí me encanta ir de día con las canciones que pone el DJ pero ojo, si van de primera vez lo mejor es ir con alguien que ya haya ido o que no «tenga miedo» digo, la gente no es mala ni malvibrosa, ahí lo que se hace es bailar y vivir la gozadera, mas deben ir con la mentalidad de que no es exclusivo ni de la alta sino un espacio donde las mesas y las sillas nomás sirven de adorno.
Tip: la entrada no es por Hidalgo sino por la calle de Héroes #6, para que se vean conocedores.

Sin duda alguna la colonia Guerrero es cuna de los salones de baile. En el México antiguo –por llamarlo de algún modo– estos recintos fueron creados para los espectáculos que en la época se llevaban a cabo. Ficheras, conjuntos musicales y muchos más eran los que se presentaban en estos sitios y hacían vibrar al espectador que no sólo iba a mirar sino a ser partícipe del ambiente.
Hoy día son pocos los salones que quedan de aquella época, uno de ellos es el Hidalgo.
Ubicado en las orillas de la colonia Guerrero, este salón es de los más sustentables y de los que más disfrutas al hacer una visita.
No hay más, a aquí tienes que venir ligero porque vas a sudar; si no sabes bailar, siempre habrá alguien dispuesto a enseñarte algunos pasos de baile, aunque la opción sería que ya supieras al menos el un dos tres.
En general, el salón está bien conservado y tiene amplia pista. Sólo si tienes dos pies izquierdos tropezarás con las parejas que se encuentren en ella.
Si te gusta el sabor tropical, ven y prepárate a una experiencia distinta, típica, de barrio.