Quetacoatl Bar Coyoacán

El lugar está bastante tranquilo! todo tiene 10! a excepción de que no encontré área para fumar, quizás sea que no busqué bien! pero la hamburguesa y tanto la bebida Poseidón como la Limonada eléctrica… me supieron bastante bien!
un lugar tranquilo que recomiendo y por supuesto regresaría!
Principalmente porque las personas que atienden, ni están preguntando a cada rato… y siempre con excelente actitud! recomendable al 1000! en cuanto a precios… es bastante accesible, en total he gastado 200 y salgo a reventar de gordura y medio entonadito… incluyendo el trago gratis que me dieron! PULCRO!

Hace poco volví a ir al Quetacóatl y me pasó lo de la casa de la infancia: la recordaba más grande y más bonita.
En realidad, es un antrillo de precios muy razonables para universitarios que van a ligar o a medio bailar en un lugar pequeño (lo que era la sala de la casa).
Aún así, los tacos no están mal y si puedes llegar a la terraza en una noche cálida, hay mucha vida.
Lo malo es que como ya estoy viejita, la música me pareció terrible –ya saben, coyoacanense, pues– y a un nivel tan alto que no me permitía platicar. Quizás es para un estado de ánimo más fiestero y de ninguna manera para profundizar en un tópico. La comida está bien, a secas.

Inspirado en el Dios Quetzalcóatl, el nombre de este lugar también te invita a pensar en quesadillas y tacos. Este lugar es ideal para pasar un rato ameno con amigos una tarde entre semana, ya que son días en los que el ambiente del lugar es apacible y el ruido te permite tener una agradable plática, esto es posible porque de lunes a jueves el aforo es poco, pero ya llegado el viernes, el ambiente se transforma y el ruido y la algarabía se apoderan de Quetacóatl.
Los fines de semana este es un lugar muy recomendable para bailar, tomar unos tragos y pasarla muy bien con tus amigos con un ambiente bastante juvenil. Los asistentes van desde chavos de 18 años hasta treinteañeros.
El servicio es bueno, aunque cuando hay mucha gente puede llegar a ser lento. En cuanto a los precios, están en el promedio de cualquier bar.

Éste es un excelente bar en una de las calles aledañas al Centro de Coyoacán. Es evidente que anteriormente era una casa, lo que para mí gusto hace cualquier giro más interesante y acaso acogedor, tal vez por los espacios divididos, los pasillos, las puertas.
No diría que es un bar chick, ni un bar inn, ni nice; conformados los espacios básicamente por mesas y sillas, siempre he preferido la planta alta en donde hay una terraza bordeada de masetas… con plantas, claro; y la vista da a una calle típica coyoacanense y tranquila. En los días de frío resulta difícil permanecer en la terraza, pero se está tan a gusto que vale más llevar una buena chamarra, y asunto arreglado.
Los precios son considerablemente accesibles, sobre todo si se comparan con los de los bares más comunes en Coyoacán. En una ocasión pedimos algo de comer, una parrillada, y a mí me pareció que el servicio de cocina es un poco lento, sin embargo quizá ello se deba a que no están habituados a que al atardecer todavía alguien pida de comer; pero aún así ello no lo justificaría.
En mi opinión, si de ir a un bar en Coyoacán se trata, y no derrochar y pasarla bien, escuchando música variada a buen volumen, en un ambiente alivianado, yo iría a éste.

El Queta me gusta porque hace algunos años acostumbraba ir en la tarde con mis compañeros de trabajo. Los viernes, después de las odiosas juntas, el lugar para comentarlas frecuentemente era el Queta. En fechas recientes, volví a visitar el lugar y, la verdad, creo que no es muy bueno o, mejor dicho, no tiene nada especial. Las ventajas que tiene son que los precios son moderados y que está cerca de las calles más vivas de Coyoacán.

Pues el Queta es un lugar en que puedes ir solo o acompañado, es un lugar súper tranquilo y relajado para ir a comer o simplemente a beber una cerveza. Me gusta mucho este sitio porque además de que los precios son muy accesibles, la comida es muy rica y la música se presta para la ocasión, algo que me fascina del Quetacoatl, o bueno, es una experiencia que tuve cuando lo visité, no sé si siempre sea así o sólo fue esa vez, por favor si alguien lo sabe, díganmelo.
Resulta que aquella vez que visité dicho lugar, iba con dos cuates, lo tomamos como una noche para platicar lo que no nos habíamos contado en mucho tiempo, pero después nuestra conversación se perdió cuando llegó un muchacho que hacia actos e magia, vaya, era un ilusionista y pues resulta que se nos fue la noche tratando de descifrar todos sus actos, cosa que jampas sucedió, pero al poco tiempo se juntó unos de sus compañeros y ambos empezaron a sorprendernos con sus actos y realmente hicieron la noche muy amena y divertida.
Por cierto, siempre te toman fotos a ti y a tus acompañantes y comparten todos esos momentos en sus redes sociales. ¡Me gusta!