Entre tanta flor y no saber cual escoger a uno le da hambre. Lo último que quieres es sentarte en un restaurante porque se te hace tarde y las flores no te esperan. Así que de rapidito unas quecas te quitan el hambre y no te quitan mucho el tiempo. En medio de todo el bullicio del«llévese 3×4» y el «¿qué le damos guera?», encontramos un puesto de quesadilla con hartos guisados. Con chile sin chile, de carne, de pollo, huitlacoche, de puro queso, combinadas. Como el cliente las quiera. Pero siempre sabrosas y sin tanta grasa. Una vez con pansa llena ¡agárrate! y otra vez a perderte entre rosas y tulipanes.