Después de resolver dónde comprar la verdura y la carne tenía que encontrar la pollería perfecta, aquella donde le quitaran al pollo todos los gorditos y lo aplanaran muy bien. En pollería Happy Chicken lo encontré, sin ninguna objeción los que atienden hacen lo que les pidas para que tu pollo quede como lo quieres. En algún punto me harté de solo comer pollo asado y con ella encontré otras opciones para mi menú diario. Tiene una sección donde vende nuggets de pollo que ahí mismo preparan, hamburguesas de pollo que condimentan y le echan huevo para que tú solo las pongas en el sartén y pechugas cordon bleu. Cualquier preparación te dejará satisfecho y no te quitará nada de tiempo cocinarlas. Un plus de esta pollería es que también atienden una carnicería, así que si pides por el servicio a domicilio, puedes encargarle la carne y ya si eres cliente frecuente, hasta el mandado completo te llevan a tu casa. Por eso es conveniente ser amable con la señora Lucy y sus hijas.