Esta tienda de abarrotes tiene como 29 años de antigüedad y por más crisis que hay, nadie la desfalca. Es más, han llegado Aurreras a la colonia y ni así. Supongo que el secreto está en ser inflexibles con los precios o francamente abusivos. A todo le suben 50 centavos o un peso, y si son chicles, le suben 40 o 30 centavos. La dueña es una mujer ruda que se pone al tiro con todos los maleantes o los borrachos, y la encargada de fin de semana es una mujer a la que le dicen Perita, aunque no tenga mucho de dulce. Todos van a esa tienda porque es la más cercana. A todos les da flojera caminar.