Mercado sobre ruedas: Plutarco y Zacahuitzco

Este mercado se pone todos los miércoles sin falta en la dirección indicada; no es muy grande, abarcará unas dos o tres cuadras pequeñas, como las que hay en este rumbo. Tiene varias ventajas esperarse a que llegue el miércoles para abastecerse de ciertos víveres, como decía mi abuelo. El otro día, por ejemplo, compré por doce pesitos una lechuga italiana de un tamaño descomunal; le dije al marchante, «oye, ¡eso es un árbol!». Muy buena lechuga. La señora de los quesos es otro caso de sobreabundancia… bueno, no ella; sino el servicio que da: en cuanto llega un cliente lo llena de pruebas de dos o tres quesos y como ve que uno apenas puede con las bolsas y las pruebas, mejor pregunta: «¿le ofrezco una tostada con crema y queso?». Los precios son excelentes, y todo es muy fresco. El sujeto del pescado de cátedras acerca de su mercancía, y si me dejo aprendo hasta sobre las mafias que acaparan el camarón (literalmente) en la Central de Abastos. Me gusta este mercado, los vendedores son muy amables y no son encajosos.